viernes, 21 de noviembre de 2008

¿Qué me pongo para la entrevista?

Este tema sigue siendo importante para las personas que desean conseguir un trabajo. Ante tanta oferta de buenos postulantes, a veces la vestimenta es lo que define que una persona consiga o no el puesto ofrecido.
Por Connie Eastman


El otro día, hicimos una presentación de secretarias a la Directora de Recursos Humanos de una empresa multinacional. Si bien ingresó una de las secretarias, cuando me reuní con la Directora para tratar otro tema unos días después del ingreso, el comentario fue: "¿Cómo puede ser que vengan vestidas de esa manera a la entrevista?". Realmente, las personas presentadas eran de un muy buen nivel y sus habilidades y experiencia excedían los requisitos del puesto solicitado, pero parece que ni una de ellas estaba vestida de la manera esperada. La búsqueda era urgente, se cubrió igual, pero al segundo día de trabajo, a la secretaria se le llamó la atención por su vestimenta.

Por supuesto, que todo es relativo y que tal vez esta selectora tenga un código de vestimenta que no es el mismo que el de la empresa de al lado, pero se pueden tomar simples recaudos para causar una buena impresión en todos lados. Es mejor pecar por estar muy bien vestida que por lo contrario.

En EE.UU., están más avanzados. Inicialmente, la mujer profesional adoptó el código masculino de vestimenta (trajecito, camisa blanca, zapatos negros - en eso estamos nosotras) para poder competir con los hombres en las empresas, pero poco a poco esta tendencia se está dejando atrás y la mujer se siente más libre para vestirse de manera más femenina y traer vestidos y ropa más femenina a la oficina. De hecho, parecería que ya no quieren verse vestidas con uniforme como los hombres y traen a su oficina vestidos floreados, combinaciones más audaces de polleras o pantalones y remeritas de colores y modelos de todo tipo. Les importa ser tenidas en cuenta por su intelecto y no necesitan mostrarse como no son para seguir siendo importantes para la compañía. Esto es un gran avance porque el sentido de lo estético de la mujer es totalmente diferente al masculino y como ella ya se siente más segura en lo profesional, no tiene por qué dejar de lado ese aspecto tan importante de su personalidad.

Pero, seamos realistas, en la Argentina todavía la mujer profesional no ha avanzado tanto como en los EE.UU. Los hombres latinos y los europeos son más machistas y las mujeres que vienen a la oficina con ropa demasiado llamativa o que desentona, no es muy bien vista.

No tengo bien en claro si las personas que se fijan tanto en la vestimenta son los jefes o directamente las selectoras de personal pero, por lo menos para la entrevista, en nuestro país y pienso que en los países latinoamericanos y muchos países de Europa, sigue siendo apropiado lucir elegante y el trajecito con o sin cuello y de colores básicos sigue siendo el ganador. Muchas veces se descartan buenas candidatas porque se piensa que su estilo de vestimenta no será apropiado para la empresa. Por lo tanto, hay que ir a lo seguro siempre.

Conviene tener una especie de "uniforme" para entrevistas. Sugiero un trajecito de colores oscuros que puede ser con pollera un poco arriba de la rodilla o pantalón clásico si los pantalones te quedan bien. El saco del traje puede ser con o sin cuello. Deberías contar con una o dos camisas de colores claros (la blanca es la ideal), alguna remera de algodón o tejida de escote redondo y con mangas cortas o largas y un par de zapatos clásicos de color oscuro: NO a las chinelas, ojotas, sandalias de playa y a los tacos demasiado altos que impiden un buen caminar.

Ahora hay zapatos y carteras de todos colores, pienso que aquí es cuestión de criterio y este detalle puede estar cambiando con la moda. Sin embargo, la cartera negra, marrón o blanca (en verano), no desentona nunca. Los pañuelos de color, chalinas y accesorios en general son importantes si aportan y dan un toque de elegancia a algún conjunto, pero no conviene exagerar. Otra recomendación: no exagerar con el maquillaje y cuidado con el peinado y las manos: que estén lo más prolijas posible para no causar mala impresión. A las personas mayores no les queda bien el pelo largo, es mejor corto o atado para que parezca más prolijo.

Una vez conseguido el empleo, la vestimenta y la imagen personal siguen siendo importantísimas. Tal vez este detalle influya en las posibilidades de progreso de una persona en la empresa. Hay que observar cómo se visten los o las jefes y vestirse acorde. Al momento de decidir a qué persona darle oportunidad de progresar, seguramente la imagen será muy tenida en cuenta. Si una se viste como la persona que limpia la oficina, las posibilidades de progreso se achican. En cambio, si la señora que limpia la oficina se viste como una profesional, tal vez logre progresar.

Los tatuajes evidentes no causan buena impresión todavía y ni hablar del arito en la nariz y en la lengua, que seguramente sumarán puntos en contra en la entrevista....y en el trabajo!

Espero que la próxima vez que abras tu ropero y te preguntes ¿qué me pongo para la entrevista? tengas presentes estas recomendaciones y causes una excelente impresión.


Fuente: http://www.bumeran.com.ar/

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