Cuántas veces has pasado por la experiencia de una entrevista de trabajo sin éxito? Cuántas veces sentiste que todos tus esfuerzos por dar una buena impresión no alcanzaron su cometido? Cuántas veces repasaste una y mil veces los detalles de la entrevista, tratando de descubrir qué estuvo mal o cuál fue el motivo por el cual no obtuviste el empleo? Si bien no existen fórmulas mágicas al respecto, aquí va una clave que te ayudará a no cometer errores a la hora de postularte a una vacante. Léela con atención y luego repasa tus experiencias y descubrirás fácilmente en qué fallaste. Sin dudas tu próxima entrevista será diferente…
Las 4P: Una fórmula infalible
Presencia
Cuando hablamos de “presencia” lo primero que acude a nuestra mente es un buen traje, un lindo vestido o un elegante peinado. Es eso y mucho más. Presencia será lo primero que vean nuestros potenciales empleadores. Un andar erguido y relajado demuestran seguridad en uno mismo y eso es muy importante para quien ha de confiarte un trabajo. Una actitud humilde (no sumisa ni mucho menos temerosa), habla de una persona dispuesta a aprender, a crecer y a superarse a sí mismo. Recuerda: Presencia es la primera impresión.
Pulcritud
Estaría de más en este punto mencionar el aseo personal. Aunque cabe aclarar que manos cuidadas hablarán por nosotros a través de la gestualidad propia de una conversación. Sin embargo, donde debemos poner especial énfasis es en la pulcritud de nuestra presentación: informes o CV prolijamente encuadernados, si incluye fotografías las mismas deberán encontrarse adheridas prolijamente, cartas de cortesía correctamente encabezadas y compuestas, son tan efectivas como la preparación propiamente dicha con la que cuentes para el cargo vacante. Recuerda: Pulcritud describe la manera en que desempeñaremos nuestro trabajo.
Persistencia
Una entrevista fallida no siempre implica que hayamos cometido algún error. Tal vez no reunimos las condiciones necesarias para el puesto, tal vez nuestras exigencias económicas exceden los presupuestos de los empleadores o tal vez, simplemente, eligieron a otro postulante por motivos ajenos a nosotros: por ejemplo, vive más cerca, es soltero, etc.. Por eso debes ser persistente en tus objetivos. Si estás seguro de estar capacitado para competir en el mercado laboral, ¡adelante!, continúa buscando, no te desalientes. El desánimo se percibe en una entrevista y no te ayudará a conseguir lo que buscas. Recuerda: Persistencia es paciencia, optimismo y voluntad.
Profesionalismo
Suena sencillo, pero no lo es. Un “profesional” demuestra un gran conocimiento del ámbito laboral al que aspira, pero no alardea de ello. Un profesional llega puntual a la cita: llegar muy temprano indica ansiedad y llegar tarde es una absoluta falta de respeto. Un profesional se expresa de manera correcta, sin modismos al hablar, ni frases coloquiales, ni mucho menos de forma desordenada. Responde a lo que se te pregunta exactamente, sé preciso, no divagues. Si no conoces la respuesta, simplemente dí “no sé” (la honestidad es un valor altamente apreciado). No hables mal de tus ex empleadores, pues quien te entrevista tal vez un día sea uno de ellos. Recuerda: Profesionalismo es adecuarse a la circunstancia con sencillez y respeto.
Reitero, no hay fórmulas mágicas, sólo mejores maneras de llegar al anhelado objetivo de obtener un empleo. Capacitación, esfuerzo, dedicación y optimismo son los únicos recursos que nos aseguran un final feliz a nuestra búsqueda.
Fuente: http://www.taringa.net/
Las 4P: Una fórmula infalible
Presencia
Cuando hablamos de “presencia” lo primero que acude a nuestra mente es un buen traje, un lindo vestido o un elegante peinado. Es eso y mucho más. Presencia será lo primero que vean nuestros potenciales empleadores. Un andar erguido y relajado demuestran seguridad en uno mismo y eso es muy importante para quien ha de confiarte un trabajo. Una actitud humilde (no sumisa ni mucho menos temerosa), habla de una persona dispuesta a aprender, a crecer y a superarse a sí mismo. Recuerda: Presencia es la primera impresión.
Pulcritud
Estaría de más en este punto mencionar el aseo personal. Aunque cabe aclarar que manos cuidadas hablarán por nosotros a través de la gestualidad propia de una conversación. Sin embargo, donde debemos poner especial énfasis es en la pulcritud de nuestra presentación: informes o CV prolijamente encuadernados, si incluye fotografías las mismas deberán encontrarse adheridas prolijamente, cartas de cortesía correctamente encabezadas y compuestas, son tan efectivas como la preparación propiamente dicha con la que cuentes para el cargo vacante. Recuerda: Pulcritud describe la manera en que desempeñaremos nuestro trabajo.
Persistencia
Una entrevista fallida no siempre implica que hayamos cometido algún error. Tal vez no reunimos las condiciones necesarias para el puesto, tal vez nuestras exigencias económicas exceden los presupuestos de los empleadores o tal vez, simplemente, eligieron a otro postulante por motivos ajenos a nosotros: por ejemplo, vive más cerca, es soltero, etc.. Por eso debes ser persistente en tus objetivos. Si estás seguro de estar capacitado para competir en el mercado laboral, ¡adelante!, continúa buscando, no te desalientes. El desánimo se percibe en una entrevista y no te ayudará a conseguir lo que buscas. Recuerda: Persistencia es paciencia, optimismo y voluntad.
Profesionalismo
Suena sencillo, pero no lo es. Un “profesional” demuestra un gran conocimiento del ámbito laboral al que aspira, pero no alardea de ello. Un profesional llega puntual a la cita: llegar muy temprano indica ansiedad y llegar tarde es una absoluta falta de respeto. Un profesional se expresa de manera correcta, sin modismos al hablar, ni frases coloquiales, ni mucho menos de forma desordenada. Responde a lo que se te pregunta exactamente, sé preciso, no divagues. Si no conoces la respuesta, simplemente dí “no sé” (la honestidad es un valor altamente apreciado). No hables mal de tus ex empleadores, pues quien te entrevista tal vez un día sea uno de ellos. Recuerda: Profesionalismo es adecuarse a la circunstancia con sencillez y respeto.
Reitero, no hay fórmulas mágicas, sólo mejores maneras de llegar al anhelado objetivo de obtener un empleo. Capacitación, esfuerzo, dedicación y optimismo son los únicos recursos que nos aseguran un final feliz a nuestra búsqueda.
Fuente: http://www.taringa.net/
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