Con la llegada del segundo semestre, comenzó para las empresas la cuenta regresiva en materia de incrementos salariales. Y aquellas compañías que en la primera etapa del año lograron “patear” los ajustes ya no tendrán mucho margen de maniobra.
Pero como un gran número de ellas atraviesan una delicada situación financiera el actual escenario se les plantea como una especie de callejón sin salida.
Vuelven a la carga los reclamos, potenciados por la mayor presión sindical – que se mantuvo adormecida por el “somnífero electoral”. A lo que se suma al descontento que, desde hace tiempo, manifiestan los empleados, al ver como la inflación les ha corroído su poder de compra.
Semejante panorama pone a los empleadores “contra las cuerdas”. En particular, a aquellos que no tienen espalda financiera suficiente para soportar la fuerte caída en ventas que se ha venido registrando desde hace un tiempo a esta parte.
Con la caja muy debilitada, tendrán que cargar sobre sus espaldas no sólo los embates de la nueva avanzada sindical (que ahora buscará mejorar lo ya acordado) sino que, además, se verán obligados a contentar al personal fuera de convenio (analistas, supervisores, jefes, gerentes, directores y CEO) que aún no fueron alcanzados por los acuerdos previos convenidos en paritarias.
Para los empleados que no están enmarcados en los convenios colectivos de trabajo, a nivel salarial se dan tres escenarios:
- El de las multinacionales que congelaron los ajustes para todo el año por orden directa de sus casas matrices.
- El de las grades, medianas y pequeñas que decidieron otorgar mejoras en dos veces.
- Y finalmente, el de un tercer grupo de compañías, que involucra a grandes y pequeñas, que directamente optó por “patear” los aumentos para este segundo semestre.
Meses clave
Frente a este turbulento contexto, iProfesional.com consultó a un grupo de especialistas en materia laboral, para conocer cuáles son las proyecciones de suba que planean las organizaciones y en qué meses tienen previsto dar los ajustes postergados.
Los especialistas sondeados coincidieron en que, para esta segunda mitad del año, las compañías tienen previsto otorgar estas mejoras entre septiembre y octubre, para así descomprimir la situación de aquellos empleados que han recibido, al menos un pequeño incremento, durante el primer semestre.
En tanto, para aquellos que no han recibido retoques desde el 2008, la “varita mágica” del aumento los tocaría entre julio y agosto.
Los gerentes y directores administrativos ya vienen haciendo cuentas del impacto que esto generará en las finanzas y se preparan para ello. Saben que es un paso obligado y que no podrán estirarlo mucho más allá de esas fechas.
“No encontramos en el mercado ninguna objeción en las empresas para implementar los ajustes que están previstos para el segundo semestre”, aseguró Luis Arispon, director regional de Servicios de Información Salarial de Hay Group.
Desde Watson Wyatt, la directora del área de Human Capital y Data Services, Marcela Angeli, destacó que “la decisión del 30% de las compañías de postergar subas para los primeros meses del segundo semestre no estuvo tan ligada al resultado de las elecciones, sino a cómo iba a evolucionar el negocio y los salarios en el mercado, como así también a los cierres de los convenios con los sindicatos.”
En este sentido, Angeli añadió que la pérdida en el poder adquisitivo que sufren los empleados no puede desconocerse y eso lleva a las empresas a aplicar mejoras, más allá de que la caja este año se encuentre más debilitada.
“Entre julio y agosto un porcentaje de las empresas mejorará las remuneraciones, mientras que el resto esperará hasta octubre”, vaticinó la directora de Watson Wyatt.
En la misma línea, Martín López, consultor de Mercer, destacó que entre el 30 y 40% de las organizaciones que no dieron los aumentos en abril, y optaron por dilatarlos, los van a terminar otorgando este mes.
Game over
El motivo por el cual las empresas no pueden dejar pasar más tiempo -según explica el consultor- es que, en la mayoría de los casos, son empleados que no han recibido ningún beneficio desde el año pasado, en un contexto inflacionario que, según mediciones privadas, supera el 15% anual.
“Los incrementos van a impactar con fuerza entre septiembre y octubre”, adelantó Cristián Marzik, director de la División Human Capital de Ernst & Young. Y aunque el especialista ve como posible que algunas empresas, que debieron atrasarlos, opten por darlos en breve, vislumbra que el grueso lo hará más adelante.
“No veo movimientos en julio porque como en esta fecha se paga el aguinaldo el empleado siente que tiene más efectivo en su poder y los reclamos por aumentos salariales suelen decaer significativamente. Las empresas esperan hasta septiembre y octubre porque ya en diciembre viene otra vez el mismo efecto, al que se suma el adicional por vacaciones. Es un juego un poco estratégico que hacen los empleadores”, explicó Marzik.
Para el ejecutivo de Ernst & Young, los aumentos llegarán, aunque “las compañías no accederán a otorgar incrementos tan importantes como fueron los del año pasado”. Los motivos no son otros que la inflación y el de evitar perder la mano de obra calificada.
¿De cuánto serán los ajustes?
En un reciente relevamiento realizado por la consultora Hucap, entre 86 empresas de primera línea referentes de los distintos sectores del mercado, el 50% de las compañías consultadas respondió afirmativamente a la pregunta acerca de si darán mejoras salariales en este segundo semestre.
Sin embargo, y a diferencia de otros años, la investigación resalta que serán “principalmente selectivos”.
Dentro de ese grupo, que ya tiene previsto mejorar el bolsillo de sus empleados, el rango promedio de incremento, para la segunda mitad del año, va del 4,5 al 11 %. En tanto, la pauta anual oscila entre el 12 y el 20 por ciento.
“Del 50% restante, un 22% no otorgó ni otorgará aumentos mientras que el 28%, no lo tiene definido aún, producto principalmente de la evolución de las variables económicas, de la actividad y el negocio en sí mismo”, destacó el informe de Hucap.
Miguel Terlizzi, director general de la consultora responsable del relevamiento, detalló que “las principales razones que impulsaron los incrementos fueron, en primer lugar, los convenios colectivos de trabajo, en segundo la inflación y por último la retención selectiva de los perfiles clave.”
Respecto a este último punto, las empresas se muestran reacias a perder en manos de la competencia aquellos profesionales que consideran estratégicos: “Esta tendencia ya se venía dando y va a seguir, a pesar de que los presupuestos sean otros”, resaltó Angeli.
En tanto, el director de Información Salarial de Hay Group manifestó que por la crisis las firmas son reacias a establecer un número final aunque, según estimaciones, la pauta 2009 para el personal fuera de convenio estaría en el orden del 15 por ciento.
En Watson Wyatt manejan porcentajes similares. “Si bien a principios de año se hablaba de entre 15 y 18%, los presupuestos se revisaron a la baja y los rangos van a estar entre 12 y 15%”, enfatizó Angeli.
Y, en la misma línea, desde Ernst & Young sostuvieron: “Según nuestros sondeos, el aumento anual estará en el orden de 14,3% promedio. En esta parte del año las empresas van a hacer movimientos salariales de entre el 5 y el 7%, dependiendo de lo que hayan dado en el primer semestre.”
En el caso de las organizaciones que aún no aumentaron a sus empleados fuera de convenio, Marzik advirtió que la mejora tendrá un piso del 10 por ciento.
Los sectores mejor parados
Si bien el menor nivel de actividad, en mayor o menor medida afecta a todos los rubros, existen sectores que estarían en mejores condiciones para dar los incrementos “pateados” en el primer semestre.
En este sentido, los expertos consultados por iProfesional.com coincidieron en mencionar a:
- Empresas químicas
- Laboratorios
- Consumo masivo
- Alimenticias
Conflictividad laboral, en ascenso
La incertidumbre que trajo el inesperado adelantamiento de las elecciones hizo que, en muchos casos, se paralizara la renegociación salarial.
Como salvavidas, sindicatos empresarios y Gobierno recurrieron a los acuerdos de sumas fijas – en muchos casos no remunerativas - como un mecanismo para calmar las aguas.
Sin embargo, muchos de los gremios que hasta ahora se "guardaron", buscarán recomponer tal situación.
La primera piedra la tiró nada más y nada menos que Pablo Moyano al afirmar: "Estamos convencidos de que los empresarios nos pueden dar el aumento del 25% y, por las buenas o por las malas vamos a llegar a un acuerdo", en el marco de las negociaciones paritarias de los camioneros que se retomaron este jueves.
Todo parece indicar que durante este semestre los gremios volverán a la carga y reclamarán incrementos de haberes. "Lo que ocurre es que las empresas no tiene margen para afrontar la suba de salarios. Las cartas están echadas, hay que ver cómo reaccionan las compañías y ante la negativa de éstas ver qué actitud toman los sindicatos. Sin dudas la conflictividad subirá", advirtió Fernando Cortés, socio del estudio De Diego & Asociados.
“La principal consecuencia de esto es que los reclamos podrán dispararse y los aumentos superiores al 20% pondrían en juego la estabilidad laboral”, alertó Ernesto Kritz, director de SEL Consultores. Y añadió: “Estudios realizados en forma previa a los comicios, daban cuenta que si los salarios trepan por sobre ese margen, habrá problemas con el empleo.”
“Luego de las elecciones legislativas, no me quedan dudas que aumentará la conflictividad laboral y gremial. Por un lado, estimo que los sindicatos saldrán a pedir aumentos salariales, ya que perderán impulso a partir de enero de 2010. Por otro, las empresas tratarán de negociar acuerdos para el año que viene para mejorar así su situación de corto plazo”, vaticinó Juan Carlos Rodríguez, partner de la consultora Total Rewards.
Arispon también anticipó un escenario post-electoral con mayor protagonismo de los sindicatos.
En tanto, el personal fuera de convenio sigue de cerca las negociaciones gremiales. Saben que toda mejora que logren los empleados que estén bajo los paraguas sindicales, tarde o temprano, terminarán llegando a sus bolsillos.
Las sumas fijas ¿pasarán de “moda?
Todas las fuentes relevadas por iProfesional.com coincidieron en que las sumas fijas –en muchos casos no remunerativas- acordadas entre los gremios, los empleadores y el Poder Ejecutivo durante el primer semestre tuvieron que ver con una “decisión política”, producto del escenario preelectoral.
De ahora en más, según los expertos, deberían acordarse ajustes de porcentajes en el salario básico.
“La modalidad de ajustes por sumas fijas atenta contra las buenas prácticas de las compensaciones, como aquella de recompensar los buenos desempeños. Suben la vara homogéneamente entre el empleado que trabaja, se esfuerza y da valor agregado y aquel que no hace nada de esto”, reflexionó el partner de Total Rewards.
En su visión, sin embargo, no todo es negativo. “Las crisis ofrecen la oportunidad para reclutar mejores talentos, ya que se pueden encontrar personas con un elevado potencial, experiencia, y competencias bien desarrolladas.
Para aquellas compañías que dispongan de presupuestos, son una posibilidad para desarrollar una estrategia de mediano y largo plazo, captar a aquellos candidatos mejor posicionados y con mayor expertise que, incluso en estos momentos de crisis, apuestan al crecimiento.
Fuente: http://economia.infobaeprofesional.com/
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