El economista Rodolfo Santangelo vaticinó un dólar a $4 para antes de fin de año y advirtió que la recesión en la Argentina es "inevitable".
En una entrevista con iProfesional.com, quien dirige y fundó M&S consultores junto a Carlos Melconian, explicó que la salida de capitales se exacerbó en los últimos 15 días y que la fuga podría compararse a la registrada durante los meses más críticos del conflicto con el campo.
Además, afirmó que el foco del Gobierno debería estar en el futuro y no en el presente porque lo más importante en este momento es lograr que la recesión dure lo menos posible.
-A principios de año usted había vaticinado una recesión más fuerte de la esperada para la Argentina, ¿ya se está verificando ese pronóstico?
-¿En el último mes se intensificó la salida de capitales?
-El peor mes del año pasado fue octubre. En noviembre, diciembre y enero había bajado pero a fines de febrero y principios de marzo estamos viendo una aceleración. Es probable que viendo lo que pasa en el mercado cambiario, el Gobierno haya decidido el adelantamiento de las elecciones porque los últimos 15 días han sido malos y empiezan a parecerse a los meses más críticos del conflicto con el campo, es decir a mayo y junio.
-¿Se puede hablar de u$s100 millones por día?
-La salida de capitales puede estar pegándole en el palo a ese dato. El banco central está interviniendo vendiendo a razón de 50 o 60 millones de dólares por día. Recordando que en la Argentina todavía los exportadores venden dólares, no es un mal número.
-En 2008 el país tenía las ventas al exterior para compensar la salida de capitales, ¿cuál es el panorama ahora?
-El año pasado había salida de capitales pero boom exportador entonces era como un equipo al que le hacen muchos goles pero mete muchos. En el 2009 hay colapso exportador. Todo el mundo está en esto y nosotros somos parte del mundo. El Gobierno intenta frenarlo con controles, con tipo de cambio y tasas de interés más altas pero no es suficiente. Creo que todo lleva a lo que alguna vez hablamos: la Argentina hoy necesita un tipo de cambio más alto y la recesión es inevitable.
-¿Adelantan las elecciones porque en el segundo semestre se viene la parte más dura de la crisis?
-No se sabe. Después de las elecciones, el Gobierno va a estar obligado a hacer un ajuste de política económica por las buenas o por las malas. Lo que no va más es aguantar todo el año para ver si a fin de año el mundo cambia o pasa algo que nos haga mejorar. Hacen falta decisiones económicas, con el statu quo no alcanza salvo que el mundo cambie de la noche a la mañana en las próximas semanas. Hace un poco menos complicada la transición, sobre todo menos larga, pero obliga a que post elecciones venga algo.
-¿Que es ese "algo" que usted menciona? ¿Qué políticas deberían tomarse?
-Tienen que haber medidas para restablecer el sobrante en los dos lugares donde no los hay: el mercado de cambios y la situación fiscal. La Argentina no puede hacer expansionismo fiscal, subir el gasto público y bajar los impuestos porque no tiene quien lo financie, al contrario el financiamiento está cortado. En el mercado de cambios hay más oferta que demanda de dólares así que hay que restablecer el nivel del mercado de cambios y el fiscal. Históricamente en la Argentina eso se llamó tipo de cambio más alto y ajuste fiscal. Habrá que ver si el Gobierno elige ese camino o pretende alguna otra salida hacia adelante, que es compleja.
-¿Usted mencionó que el tipo de cambio está atrasado y algunos hablan de que el dólar debería rondar los $4 a fin de año. ¿Cuál es su visión?
-Atrasado es una palabra complicada. El tipo de cambio subió en todo el mundo y en la Argentina no se lo ha dejado subir de la misma manera en que no se lo había dejado bajar. Han caído los precios internacionales así que yo diría que el tipo de cambio debería estar más alto. Un dólar a $4 a fin de año es un camino muy tortuoso en el que no llegamos. El tipo de cambio va a ir más arriba antes de lo previsto.
-¿Dónde se van a sentir más fuerte los efectos de la crisis?
-Construcción e industria automotriz son los dos sectores en los que en la bonanza, les va muy bien, y en la malaria, les va muy mal, sobre todo al automotriz que no tiene salida exportadora. La construcción todavía tiene ciertos rezagos. La obra que se está haciendo no se frena y algo la obra pública puede compensar. Todo lo que es exportación anda mal y por ahora viene sorteando la situación todo lo que es consumo masivo que depende del salario real -que no ha sido afectado por ahora- y del empleo -que sí ha sido afectado pero todavía poco-.
-¿El empleo va ser más afectado en el transcurso del año?
-El empleo se va a ver afectado a medida que sectores de mano de obra intensivos -como pueden ser los servicios, la construcción o el trasporte- empiecen a complicarse. El trabajo sufre mucho cuando las recesiones son largas. Por ahora recién ha empezado y no sabemos si va a ser una corta o larga, de un año o dos o tres años. A medida que pase el tiempo si no aparece la luz al final del túnel el empleo es un candidato a sufrir. Por el momento, en la entrada de la recesión no es el más afectado.
-¿Los efectos de la crisis internacional en la Argentina pueden ser comparados con los del Tekila?
-Lo que nosotros estuvimos comparando es que esta crisis tiene algunas reminiscencias al Tekila, no en el sentido de corrida bancaria o de depósitos, pero sí en cuanto a desmonetización. Hay menos plata en la calle porque aunque los depósitos han crecido, la inflación fue más rápido que la cantidad de dinero. Tiene un parecido al Tekila pero sobre todo a 1999 cuando devaluó Brasil, en lo que respecta a que se cayeron los precios internacionales y a que la recesión del mercado interno no tiene salida exportadora sino todo lo contrario. Uno está imaginando un 2009 como una mezcla entre 1999 y 1995, que tuvieron recesiones fuertes y profundas. La gran diferencia entre ellas fue que en un caso hubo salida y en el otro no. Después del ´95 vinieron muy buenos años y después del ´99 vinieron muy malos. Todavía es muy pronto para saber qué va a venir. Sí imaginamos que es una mezcla de los dos.
-¿A cuánto puede llegar este año la caída del PBI?
-En 1995 y 1999 estuvo entre dos y tres por ciento. Un valor posible es -3%, pero si el contexto internacional es peor, puede ser un poco más. Creo que estamos pivoteando alrededor de ese número. Igualmente lo más importante no es cuánto va a ser la caída sino cuánto dura y eso es lo más difícil de pronosticar.
-¿De qué depende?
-Hoy la política económica de la Argentina debería estar más ocupada en que la recesión sea corta y que algún día haya salida, que andar tratando de compensar si se venden dos bicicletas o dos autos menos. Esas estrategias coyunturalistas sirven para muy poco. Cuánto más preocupados estemos por el presente, más complicado será el futuro.
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