Por primera vez, entre 2000 y 2008, la inscripción en la facultad superó a la de las tradicionales, como Medicina. Es porque a partir de 2003 se recuperó la industria textil. El diseño de indumentaria encabeza el ranking de las inscripciones.
El apetito del mercado por la construcción y la omnipresencia del diseño operaron el fenómeno: en los últimos ocho años, y por primera vez, las carreras de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UBA superaron en crecimiento a los tradicionales "pesos pesados" de la UBA como Medicina, Derecho, Abogacía, Psicología y Economía. Entre 2000 y 2008 el número de los alumnos regulares de la FADU creció un 51%, el de Medicina un 31 y en el resto de las grandes hubo descenso.
En los dos últimos años, dice el decano Jaime Sorin, el envión lo dio Arquitectura. "Por el parate en la construcción, la carrera estuvo estacionada hasta 2006". En abril de 2005, el INDEC reveló que la actividad había crecido un 13,2% respecto de 2004 y que acumulaba en el año un avance del 6,5%. Los diarios decían que la construcción era uno de los sectores que generaba más empleos y el dato no tardó en reflejarse en la matrícula. En 2006 los inscriptos al Ciclo Básico Común (CBC) para la carrera crecieron un 16% en relación a 2005.
Arquitectura tiene cerca de 11.450 alumnos. Ingresan unos 1.400 por año, egresan 1.600 y en los últimos dos de la carrera buena parte, dice el decano, trabaja en estudios como dibujante. Obtener el título les lleva, en promedio, unos ocho años. Entre todas las carreras de la facultad, según datos oficiales, hay 26.700 estudiantes.
Desde 2000, explica Sorin, el crecimiento de las carreras de la FADU fue sostenido.
Pero de 2003 a 2005 fueron "los diseños" los que abultaron la matrícula. Hoy se sabe que llegaron para quedarse: cada vez es más impensable su ausencia en la comunicación, la indumentaria, y la producción industrial. Y en Buenos Aires pisan fuerte. En 2005, UNESCO la nombró "Ciudad del Diseño" por el impulso público y privado para su desarrollo, además de tener el mayor número de alumnos de diseño del mundo: unos 14 mil.
"La FADU -dice Sorin- creció fuerte con la incorporación a fines de los 80 de Diseño Gráfico y Diseño Industrial. Imagen y Sonido pegó un salto con el boom del cine argentino sobre fines de los 90 y también entre 2002 y 2003 cuando muchos se pasaron de las escuelas de cine privadas. Pero de 2003 a 2005 la que más creció fue Diseño de Indumentaria y Textil".
Después del CBC, la carrera tiene un año común y luego se opta: dos años más de Indumentaria o dos de Textil. Arrancó en 1989 con 61 inscriptos. Creció hasta los 463 en 2002 y el despegue fue desde 2003 con 612 ingresantes, de los cuales 590 eran mujeres. Esta relación no cambió mucho con el tiempo. Tampoco, la proporción de alumnos por especialización. A la cabeza, siempre Indumentaria.
En 2008 hubo 709 ingresantes a Indumentaria y 271 a Textil. Las razones las da el mercado.
"En 2003 comienza a recuperarse esta industria, desmantelada en los 90, y empieza a demandar profesionales. La recuperación de la de indumentaria fue más rápida, la industria textil tardó más", dice Susana Saulquin, coordinadora académica de Diseño de Indumentaria y Textil y una de sus fundadoras. Razones también -apunta- para que en los últimos años de la carrera se achique la matrícula: hay trabajo para los alumnos en empresas de indumentaria y, a diferencia de los otros diseños, la posibilidad del microemprendimiento es muy fuerte. La idea fundacional de la carrera, dice, fue generar diseños originales. "No se puede exportar lo que se copia. La originalidad, la diversidad y la excelencia son los fuertes de la FADU. Un ejemplo: hace tres años Carrefour pidió diseñadores para renovar su línea de indumentaria.
Dos de la FADU dieron vuelta la producción y parte se exporta a Carrefour París. Otro: el Buenos Aires Fashion Week sólo invitó a la FADU para que los diseños de sus estudiantes transiten la pasarela como si fueran profesionales consagrados".
El apetito del mercado por la construcción y la omnipresencia del diseño operaron el fenómeno: en los últimos ocho años, y por primera vez, las carreras de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UBA superaron en crecimiento a los tradicionales "pesos pesados" de la UBA como Medicina, Derecho, Abogacía, Psicología y Economía. Entre 2000 y 2008 el número de los alumnos regulares de la FADU creció un 51%, el de Medicina un 31 y en el resto de las grandes hubo descenso.
En los dos últimos años, dice el decano Jaime Sorin, el envión lo dio Arquitectura. "Por el parate en la construcción, la carrera estuvo estacionada hasta 2006". En abril de 2005, el INDEC reveló que la actividad había crecido un 13,2% respecto de 2004 y que acumulaba en el año un avance del 6,5%. Los diarios decían que la construcción era uno de los sectores que generaba más empleos y el dato no tardó en reflejarse en la matrícula. En 2006 los inscriptos al Ciclo Básico Común (CBC) para la carrera crecieron un 16% en relación a 2005.
Arquitectura tiene cerca de 11.450 alumnos. Ingresan unos 1.400 por año, egresan 1.600 y en los últimos dos de la carrera buena parte, dice el decano, trabaja en estudios como dibujante. Obtener el título les lleva, en promedio, unos ocho años. Entre todas las carreras de la facultad, según datos oficiales, hay 26.700 estudiantes.
Desde 2000, explica Sorin, el crecimiento de las carreras de la FADU fue sostenido.
Pero de 2003 a 2005 fueron "los diseños" los que abultaron la matrícula. Hoy se sabe que llegaron para quedarse: cada vez es más impensable su ausencia en la comunicación, la indumentaria, y la producción industrial. Y en Buenos Aires pisan fuerte. En 2005, UNESCO la nombró "Ciudad del Diseño" por el impulso público y privado para su desarrollo, además de tener el mayor número de alumnos de diseño del mundo: unos 14 mil.
"La FADU -dice Sorin- creció fuerte con la incorporación a fines de los 80 de Diseño Gráfico y Diseño Industrial. Imagen y Sonido pegó un salto con el boom del cine argentino sobre fines de los 90 y también entre 2002 y 2003 cuando muchos se pasaron de las escuelas de cine privadas. Pero de 2003 a 2005 la que más creció fue Diseño de Indumentaria y Textil".
Después del CBC, la carrera tiene un año común y luego se opta: dos años más de Indumentaria o dos de Textil. Arrancó en 1989 con 61 inscriptos. Creció hasta los 463 en 2002 y el despegue fue desde 2003 con 612 ingresantes, de los cuales 590 eran mujeres. Esta relación no cambió mucho con el tiempo. Tampoco, la proporción de alumnos por especialización. A la cabeza, siempre Indumentaria.
En 2008 hubo 709 ingresantes a Indumentaria y 271 a Textil. Las razones las da el mercado.
"En 2003 comienza a recuperarse esta industria, desmantelada en los 90, y empieza a demandar profesionales. La recuperación de la de indumentaria fue más rápida, la industria textil tardó más", dice Susana Saulquin, coordinadora académica de Diseño de Indumentaria y Textil y una de sus fundadoras. Razones también -apunta- para que en los últimos años de la carrera se achique la matrícula: hay trabajo para los alumnos en empresas de indumentaria y, a diferencia de los otros diseños, la posibilidad del microemprendimiento es muy fuerte. La idea fundacional de la carrera, dice, fue generar diseños originales. "No se puede exportar lo que se copia. La originalidad, la diversidad y la excelencia son los fuertes de la FADU. Un ejemplo: hace tres años Carrefour pidió diseñadores para renovar su línea de indumentaria.
Dos de la FADU dieron vuelta la producción y parte se exporta a Carrefour París. Otro: el Buenos Aires Fashion Week sólo invitó a la FADU para que los diseños de sus estudiantes transiten la pasarela como si fueran profesionales consagrados".
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