El año comenzó de la peor manera para las empresas nacionales. Tal como adelantó iProfesional.com, las exportaciones en enero se desplomaron un 36%, mientras que las importaciones cayeron 38%. Especialistas alertan que la tendencia negativa se mantendrá, con graves efectos para el sector productivo
Tal como había adelantado iProfesional.com el 16 de febrero, el comercio exterior arrancó con el pie izquierdo debido principalmente a la mala performance del agro y a la caída de la demanda internacional. (Ver nota: El peor de los comienzos: el comercio exterior argentino ingresó en el ojo del huracán)
En efecto, las ventas al exterior en enero totalizaron la magra suma de u$s3.730 M, lo que implicó un derrumbe del 36% con respecto al mismo mes del año pasado, según datos que se desprenden del informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA), que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) hizo público esta tarde.
De este modo, el país pasó a acumular tres meses consecutivos de caídas de sus ventas al exterior, algo inédito desde la salida de la crisis de 2001.
A esto hay que agregar el dramático nivel de la contracción del primer mes de 2009, ya que las mermas en noviembre y diciembre habían sido del 6 y 24%, respectivamente.
"El menor valor exportado con respecto a enero del año anterior resultó de una disminución del 25% en las cantidades vendidas, que fue acompañada por una caída en los precios de exportación (-14%). Los rubros que registraron mayores descensos en sus ventas fueron Cereales, Grasas y aceites, Material de transporte terrestre y Carburantes", explicaron desde el INDEC.
El analista Jorge Castro sostuvo que “el arranque del año fue muy duro para el sector exportador, que enfrenta un panorama muy complicado de cara al resto del año por la caída de la demanda internacional”.
Por su parte, Héctor Méndez, futuro presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) en reemplazo de Juan Carlos Lascurain, explicó a iProfesional.com que “el primer mes del año para los exportadores fue muy flojo porque el comercio mundial está flojo. Evidentemente hay problemas”.
En la misma línea, Rubén Pérez, presidente del Centro de Despachantes de Aduana (CDA), que representa a 2.600 profesionales en todo el país, confirmó que “desde que arrancó el año la actividad nos cayó muchísimo. Si digo que la actividad bajó un 50% estoy siendo optimista. Y si bien hubo un parate en los dos frentes, en exportaciones lo estamos sintiendo más”.
Para Méndez, ante los nubarrones que ya están instalados en los mercados internacionales, “hay que preservar, potenciar y darle manija al mercado local. Como dijo un ministro, ahora hay que tratar de vivir un poco con lo nuestro, desgraciadamente”.
Efectos en la economía real
Más allá de los grandes números del agro y de la performance de las multinacionales, la demanda internacional se convirtió en una fuente de ingresos clave para las pequeñas y medianas empresas argentinas.
Según un estudio del Observatorio Pyme, el 30% de las firmas industriales realiza ventas al exterior que equivalen a casi 19% de sus ventas totales, dos puntos más que en 2005.
Para Jorge Todesca, titular de Finsoport, la caída en el sector externo está repercutiendo en la actividad de las empresas argentinas y también puede terminar afectando el nivel de empleo.
“Lo que están haciendo las empresas exportadoras es lo mismo que hacen las que destinan su producción al mercado doméstico: ajustar stocks, no tomar capital de trabajo y evitar atarse a créditos”, explicó el analista, para luego agregar que “una vez que termina ese proceso, y si continúan los problemas, recién ahí van a tocar la planta de personal”.
Al respecto, explicó que “si bien no se espera un aumento monstruoso del desempleo, sí se puede prever que aquellas empresas que más dependen de los mercados mundiales son las que más se van a ver afectadas”.
Inédita baja de las importaciones
Según el INDEC, en enero las compras desde el exterior totalizaron la magra suma de u$s2.759 M.
Considerando que en el mismo mes del año pasado las importaciones habían alcanzado los u$s4.478, esto significó una abrupta caída del 38% y la tercera consecutiva.
Según el informe oficial, el menor valor de las importaciones, se explicó casi en un 100 por ciento por una caída en las cantidades ya que los precios bajaron apenas el 1% con respecto al mismo mes del año anterior. Por su parte, los rubros más perjudicados fueron los bienes intermedios y los de capital.
Esto es preocupante, ya que esto es uno de los más claros indicios de que la actividad productiva y las inversiones están en baja.
En diálogo con iProfesional.com, Ramiro Castiñeira, economista de Econométrica, sostuvo que “las importaciones dependen de lleno del nivel de la actividad económica. Esta caída tiene un lado positivo y el negativo. Lo bueno es que, al bajar tan fuerte las importaciones, el saldo comercial quedaría en terreno positivo. Lo malo es que esta caída significa que se está desplomando la actividad económica”.
En tanto, Castro explicó que “esto se explica porque en el mes de enero la situación de la economía fue de contracción y ahora estamos en una recesión. No quiere decir que esto se vaya a mantener en el resto del año, pero sin dudas es lo que estamos viviendo”.
En la misma línea, desde la consultora Finsoport destacaron que “la economía argentina ha ingresado plenamente en un sendero de desaceleración profunda”.
Saldo comercial
Con respecto al saldo de enero de 2009, el superávit fue de u$s971 millones, una baja del 27% en relación al mismo mes del año pasado.
Ante este escenario con derrumbe de precios del petróleo, caída de la producción de granos y menor demanda internacional de manufacturas, el importante colchón que daba el superávit comercial pasará a ser cosa del pasado.
Desde Econométrica explicaron que "la caída de los términos de intercambio y la apreciación real del tipo de cambio con todos los socios comerciales, deteriorarán significativamente la balanza comercial el año entrante, a punto tal que pasaría de un robusto superávit de u$s13.176 millones en 2008 a cerca de u$s3.400 millones en 2009.
Los expertos de la Fundación Standard Bank son más optimistas y esperan un saldo del orden de los u$s6.000 M.
Según Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional, "si bien la caída de exportaciones va a ser importante, más importante aún será la de las importaciones. Hay un enorme abanico de bienes de consumo final que se están dejando de traer, primero porque el mercado interno entró en recesión y después por la falta de líneas de crédito".
Futuro complejo para las empresas argentinas
A modo de síntesis sobre el panorama que viene para las empresas, Méndez explicó que “las exportaciones seguirán siendo una fuente de ingresos para las empresas donde la Argentina es muy competitiva o irremplazable”.
En cambio, “en productos donde hay muchos oferentes se va a hacer muy difícil. Los mercados mundiales van a tener tendencias a cerrar sus puertas”.
Juan Diego Wasilevsky
(c) iProfesional.com
La película comenzó de la peor manera para la Argentina. A la sequía del agro -que se extiende a lo largo y ancho del campo argentino, azotando cultivos y ganado-, se sumó el parcial cierre de los grifos del exterior que hasta hace poco le garantizaban al Gobierno gozar de un colchón y de una plaza inundada de dólares.
Tal como había adelantado iProfesional.com el 16 de febrero, el comercio exterior arrancó con el pie izquierdo debido principalmente a la mala performance del agro y a la caída de la demanda internacional. (Ver nota: El peor de los comienzos: el comercio exterior argentino ingresó en el ojo del huracán)
En efecto, las ventas al exterior en enero totalizaron la magra suma de u$s3.730 M, lo que implicó un derrumbe del 36% con respecto al mismo mes del año pasado, según datos que se desprenden del informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA), que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) hizo público esta tarde.
De este modo, el país pasó a acumular tres meses consecutivos de caídas de sus ventas al exterior, algo inédito desde la salida de la crisis de 2001.
A esto hay que agregar el dramático nivel de la contracción del primer mes de 2009, ya que las mermas en noviembre y diciembre habían sido del 6 y 24%, respectivamente.
"El menor valor exportado con respecto a enero del año anterior resultó de una disminución del 25% en las cantidades vendidas, que fue acompañada por una caída en los precios de exportación (-14%). Los rubros que registraron mayores descensos en sus ventas fueron Cereales, Grasas y aceites, Material de transporte terrestre y Carburantes", explicaron desde el INDEC.
El analista Jorge Castro sostuvo que “el arranque del año fue muy duro para el sector exportador, que enfrenta un panorama muy complicado de cara al resto del año por la caída de la demanda internacional”.
Por su parte, Héctor Méndez, futuro presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) en reemplazo de Juan Carlos Lascurain, explicó a iProfesional.com que “el primer mes del año para los exportadores fue muy flojo porque el comercio mundial está flojo. Evidentemente hay problemas”.
En la misma línea, Rubén Pérez, presidente del Centro de Despachantes de Aduana (CDA), que representa a 2.600 profesionales en todo el país, confirmó que “desde que arrancó el año la actividad nos cayó muchísimo. Si digo que la actividad bajó un 50% estoy siendo optimista. Y si bien hubo un parate en los dos frentes, en exportaciones lo estamos sintiendo más”.
Para Méndez, ante los nubarrones que ya están instalados en los mercados internacionales, “hay que preservar, potenciar y darle manija al mercado local. Como dijo un ministro, ahora hay que tratar de vivir un poco con lo nuestro, desgraciadamente”.
Efectos en la economía real
Más allá de los grandes números del agro y de la performance de las multinacionales, la demanda internacional se convirtió en una fuente de ingresos clave para las pequeñas y medianas empresas argentinas.
Según un estudio del Observatorio Pyme, el 30% de las firmas industriales realiza ventas al exterior que equivalen a casi 19% de sus ventas totales, dos puntos más que en 2005.
Para Jorge Todesca, titular de Finsoport, la caída en el sector externo está repercutiendo en la actividad de las empresas argentinas y también puede terminar afectando el nivel de empleo.
“Lo que están haciendo las empresas exportadoras es lo mismo que hacen las que destinan su producción al mercado doméstico: ajustar stocks, no tomar capital de trabajo y evitar atarse a créditos”, explicó el analista, para luego agregar que “una vez que termina ese proceso, y si continúan los problemas, recién ahí van a tocar la planta de personal”.
Al respecto, explicó que “si bien no se espera un aumento monstruoso del desempleo, sí se puede prever que aquellas empresas que más dependen de los mercados mundiales son las que más se van a ver afectadas”.
Inédita baja de las importaciones
Según el INDEC, en enero las compras desde el exterior totalizaron la magra suma de u$s2.759 M.
Considerando que en el mismo mes del año pasado las importaciones habían alcanzado los u$s4.478, esto significó una abrupta caída del 38% y la tercera consecutiva.
Según el informe oficial, el menor valor de las importaciones, se explicó casi en un 100 por ciento por una caída en las cantidades ya que los precios bajaron apenas el 1% con respecto al mismo mes del año anterior. Por su parte, los rubros más perjudicados fueron los bienes intermedios y los de capital.
Esto es preocupante, ya que esto es uno de los más claros indicios de que la actividad productiva y las inversiones están en baja.
En diálogo con iProfesional.com, Ramiro Castiñeira, economista de Econométrica, sostuvo que “las importaciones dependen de lleno del nivel de la actividad económica. Esta caída tiene un lado positivo y el negativo. Lo bueno es que, al bajar tan fuerte las importaciones, el saldo comercial quedaría en terreno positivo. Lo malo es que esta caída significa que se está desplomando la actividad económica”.
En tanto, Castro explicó que “esto se explica porque en el mes de enero la situación de la economía fue de contracción y ahora estamos en una recesión. No quiere decir que esto se vaya a mantener en el resto del año, pero sin dudas es lo que estamos viviendo”.
En la misma línea, desde la consultora Finsoport destacaron que “la economía argentina ha ingresado plenamente en un sendero de desaceleración profunda”.
Saldo comercial
Con respecto al saldo de enero de 2009, el superávit fue de u$s971 millones, una baja del 27% en relación al mismo mes del año pasado.
Ante este escenario con derrumbe de precios del petróleo, caída de la producción de granos y menor demanda internacional de manufacturas, el importante colchón que daba el superávit comercial pasará a ser cosa del pasado.
Desde Econométrica explicaron que "la caída de los términos de intercambio y la apreciación real del tipo de cambio con todos los socios comerciales, deteriorarán significativamente la balanza comercial el año entrante, a punto tal que pasaría de un robusto superávit de u$s13.176 millones en 2008 a cerca de u$s3.400 millones en 2009.
Los expertos de la Fundación Standard Bank son más optimistas y esperan un saldo del orden de los u$s6.000 M.
Según Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional, "si bien la caída de exportaciones va a ser importante, más importante aún será la de las importaciones. Hay un enorme abanico de bienes de consumo final que se están dejando de traer, primero porque el mercado interno entró en recesión y después por la falta de líneas de crédito".
Futuro complejo para las empresas argentinas
A modo de síntesis sobre el panorama que viene para las empresas, Méndez explicó que “las exportaciones seguirán siendo una fuente de ingresos para las empresas donde la Argentina es muy competitiva o irremplazable”.
En cambio, “en productos donde hay muchos oferentes se va a hacer muy difícil. Los mercados mundiales van a tener tendencias a cerrar sus puertas”.
Juan Diego Wasilevsky
(c) iProfesional.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario