La historia se repite. Finalmente, el Congreso de la Nación sancionó una ley que concede beneficios tributarios por tiempo determinado, bajo la extensa denominación de "Régimen de regularización impositiva, promoción y protección del empleo registrado con prioridad en pymes y exteriorización y repatriación de capitales".
En primer lugar, destacamos que en la actualidad nadie discute la validez de normas que otorgan el perdón para infractores a las normas tributarias. En efecto, el apartado 20 del artículo 75 de nuestra Constitución Nacional concede al Congreso la facultad de conceder amnistías generales.
Este tipo de normas no son ninguna novedad en nuestra historia legislativa. En efecto, hacia el año 1933 ya encontramos antecedentes sobre regularización y perdón en materia tributaria. El antiguo texto vigente en esa época de la ley 11.683, autorizaba al gerente general de la Dirección General del Impuesto a los Réditos y a las Transacciones a suspender la prosecución del sumario y dejarlo sin efecto, siempre que dentro del plazo que se le fijare el infractor regularizare su situación.
Asimismo, la ley de presupuesto del año 1934, N° 12.132 , disponía la condonación de multas a los infractores tributarios, con exclusión de los contribuyentes de los impuestos internos.
Más recientemente, encontramos antecedentes de condonación en la ley 23.029, respecto de obligaciones tributarias vencidas hasta el 31/10/83.
Posteriormente, en el año 1987 la ley 23.495 establece un régimen de normalización tributaria, condonación de sanciones y remisión de intereses.
En la actualidad, una mirada retrospectiva nos permite detectar situaciones jocosas. En efecto, el Diario de Sesiones del año 1987 de la Cámara de Diputados muestra que, en los debates para la sanción de esta última ley, el miembro informante expresó que "ésta será la última vez que tengamos que sancionar una ley de este tipo".
En definitiva, nuestro país siempre termina brindando grandes oportunidades a quienes incumplen o evaden. En esta ocasión, resulta llamativo el momento que se eligió para lanzar una moratoria. En general, este tipo de regímenes tiene por objetivo facilitar el cumplimiento de contribuyentes que se vieron imposibilitados de cumplir en tiempo y forma, debido a dificultades económico-financieras; por ejemplo, por haber transitado por un período de crisis sectorial o general. Sin embargo, esta moratoria sale a luz inmediatamente después de que nuestro país estuvo creciendo durante 5 años a tasas superiores al 9% anual
Fuente: http://www.estudiomoreno.com.ar/
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