miércoles, 24 de diciembre de 2008

La fuga de capitales, un fuerte enemigo que pone en jaque los planes de incentivo al consumo


Las medidas del Gobierno para reactivar la economía a partir del consumo y obra pública encuentran su "talón de Aquiles" en la salida de divisas si no se consigue financiamiento externo. Desde el inicio de la crisis financiera se fueron unos u$s30.000M. Analistas estiman cuál será la fuga en 2009

El Gobierno se mantiene ocupado, en estos días, en una sucesión de anuncios para estimular el consumo y realizar obras públicas para mantener la actividad y el empleo, frente al cimbronazo que la crisis financiera internacional está causando sobre la economía.


Pero desde que comenzó la crisis subprime, en julio del año pasado, el sector privado retiró entre 25 y 30 mil millones de dólares, según cálculos privados, porque reverdeció la salida de capitales de los mercados emergentes, acentuada por la incertidumbre de los inversores en el futuro de la economía local.

Si el Gobierno no logra captar fondos del exterior para financiar los planes anunciados, el efecto neto será recesivo el año que viene, cuando se estima que se fugarán u$s13.500 millones, según estimó la consultora Orlando Ferreres y Asociados (OJF).

“No puede negarse que cuando caiga la recaudación subirá el riesgo de default y aumentará la fuga de capitales. Creo que el impacto recesivo de esa fuga será mayor que el expansivo producto del aumento inducido del consumo”, concluyó el economista y profesor de la universidad del Cema Jorge Ávila en su blog jorgeavilaopina.com.

Los cálculos privados arrojan hasta una caída de la actividad del 2 por ciento.

Planes versus fuga
La dolarización de portafolios dependerá de la trayectoria del tipo de cambio, de la confianza en la política económica y de la evolución de la economía mundial.

El economista jefe de OJF, Fausto Spotorno, espera que se fuguen u$s13.500 millones el año que viene. “No hay razón por la cual si este año se fueron u$s20 mil millones, el año que viene no continúe la salida”, dijo.

Se va a deteriorar la balanza comercial y habrá menos financiamiento internacional, que se traducirá en una mayor demanda de dólares. El Banco Central (BCRA) va a seguir controlando el tipo de cambio, las expectativas de devaluación aumentarán y eso llevará a una salida de capitales, en la forma de dolarización de portafolios”, agregó Spotorno.

El economista de la consultora Joaquín Ledesma y Asociados, Gabriel Caamaño, coincidió en esperar “un incremento de la fuga de capitales susceptible de terminar de erosionar el dominio del BCRA en el mercado cambiario, con lo cual el tipo de cambio nominal experimentaría un ajuste significativo hacia arriba”.

De dónde sacarán el dinero
En tanto, subsiste la duda de dónde provendrán los fondos para la obra pública, cuando el mercado descuenta que el país no podrá servir la deuda en 2009, y cómo aumentará el volumen total de préstamos, cuando persiste la fuga de depósitos y los préstamos que ofrece el Gobierno provienen del recorte del crédito a otras actividades, tras la estatización de las jubilaciones.

El Gobierno, por ahora, lanzó:
  • Un plan de obras públicas por $71.000 millones, para crear empleo
  • Préstamos para consumo, capital de trabajo y exportaciones por $13.200 millones, para redireccionar y bajar el costo de los créditos
  • Un plan de blanqueo de capitales y una moratoria impositiva, para recaudar más
  • La eliminación de la tablita de Machinea, una rebaja de las retenciones a las exportaciones de trigo y maíz y el pago de $200 por única vez a los jubilados, para reforzar el bolsillo

Según calculó Spotorno, de los $71 mil millones destinados a obra pública, sólo se podrían hacer efectivos en 2009, unos $51 mil millones. Pero el Gobierno debe conseguir $20 mil millones que le faltan para financiarla.

Si los obtuviera, la balanza de pagos cerraría equilibrada y se lograría suavizar el impacto del golpe mundial. Pero si no accediera a ese financiamiento, la salida de capitales será más relevante y el efecto de los planes será nulo.

Del resto de los planes, los $13.200 millones destinados a préstamos provienen de su mayoría de las jubilaciones estatizadas, fondos que ya estaban prestados. Sólo $5.300 millones son recursos nuevos, provenientes de los encajes bancarios y las letras que emite el Central.

En tanto, se incluyeron $6.000 millones de moratoria y blanqueo de capitales y $5.500 millones de subsidios, que suponen más erogaciones para el fisco.

Spotorno estima que al Estado le faltarán u$s6 mil millones para financiar el gasto público y servir su deuda, excluyendo los nuevos planes de obra publica anunciados. Al sumar este nuevo plan, faltarían u$s10 mil millones más.

Sí tienen efecto positivo los $420 millones que se le transfieren al sector privado, por la reducción de las retenciones a las exportaciones, y los $1.500, por la eliminación de la tablita de Machinea.

Otro efecto positivo podría aportar la repatriación de capitales. Pero, según el último informe de MyS Consultores, la consultora de Carlos Melconian, para que sea efectiva, primero habrá que frenar la fuga de los ahorros locales, ya que en octubre, se fugaron u$s4.700 millones y en noviembre, aún con los controles formales e informales se fugaron otros u$s1.000 millones.

Además, los inversores podrían usar los pesos que efectivamente se lancen en la economía para comprar dólares, en vez de consumir. “En las actuales condiciones es probable que una parte [de los pesos] se vuelque a ahorro, quizás a comprar dólares o a otro tipo de atesoramientos”, señaló el informe.

Efecto neto
En definitiva, el Gobierno aspira a que la inyección de pesos termine reanimando el consumo de bienes y servicios, y con ello mantener la actividad y el empleo. Pero la salida de capitales genera el efecto contrario sobre la demanda. Los planes del Gobierno sólo logran suavizar, pero no compensar la caída de la actividad.

"El ajuste argentino será más fuerte que el rebalanceo que está haciendo el mundo, porque la economía local, además de recibir el impacto externo de la caída de los precios internacionales de las materias primas -como otras economías emergentes- también acarrea una fuerte fuga de capitales locales de u$s1.000 millones mensuales y un proceso de huida de los bonos públicos, cuyos precios están en valores de default", afirma MyS Consultores.

Por esta conjunción de factores locales e internacionales, se espera que el PBI no crezca el año que viene. Spotorno prevé hasta una caída del 2 por ciento.

Caamaño estima una contracción del PIB en el orden del 2% real anual, más iliquidez y desapalancamiento crediticio, mayor deterioro fiscal sin cambios en la presión tributaria formal (por mayor evasión y gasto aún creciendo a ritmo elevado) e inflación acelerando nuevamente.

Según los expertos, para lograr apaciguar el golpe, el Estado debería obtener financiamiento externo, por ejemplo, a través de las líneas que dispuso el Fondo Monetario Internacional (FMI), o haber ahorrado en épocas de bonanza, como Chile, para que ese dinero pueda financiar los nuevos planes. Pero la Argentina no cuenta con ninguna de esas fuentes, ya que mantiene un contrapunto político con el organismo y se gastó todos los ingresos generados en los cinco años de crecimiento.

Por eso, la salida de capitales podría ser mayor a la entrada el año que viene.

Para amortiguar el golpe
“Revertir la recesión es tarea imposible. Lo que un buen gobierno puede hacer en estas circunstancias es atenuarla. Para ello, debe respetar el derecho de propiedad y evitar la arbitrariedad a toda costa”, advirtió Ávila.

Para Caamaño, “que retorne la confianza depende de las medidas que se tomen a partir de marzo próximo. Aún más, dado el tipo de acciones que se necesitan para recuperarla (contrarias al discurso oficial), habrá que esperar hasta el último trimestre de 2009 (después de las elecciones) para que se aclare el panorama.”

Según explicó el economista, en 2010, el contexto internacional dejará de ser un factor negativo e, incluso, podría ser neutro o positivo. Sin embargo, Caamaño prevé que la capitalización de ese cambio en el rol del contexto externo dependerá de las decisiones que se tomen a nivel local.

“La recesión no se evitará, pero de esa manera podría atenuarse hacia fines de 2009. Y, por cierto, quedaríamos en un buen puesto de largada cuando la economía mundial se normalice”, concluyó Ávila.


Fuente:

Verónica Dalto
©iProfesional.com


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