martes, 9 de diciembre de 2008

La caída de las tasas de interés sólo tiene un límite: 0%

Los principales bancos centrales redoblaron en las últimas semanas su política de reducciones masivas de tasas de interés. Analistas pronostican que la FED llevaría su tasa a ese nivel en enero de 2009. El efecto "doble cero" puede convertirse en "triple cero". Consecuencias

Una serie de fuertes recortes en las tasas de interés mostró la última semana que los bancos centrales del mundo han redoblado su voluntad de aliviar la política monetaria tanto como haga falta para librar la batalla contra la peor crisis financiera en 80 años.

Hace apenas unos meses, algunos bancos subían las tasas pero han revertido la tendencia rápidamente al empeorar la crisis financiera. Suecia empezó la ronda del jueves en Europa de recortes de tasas con una baja del 1,75% y declaró que su nuevo nivel de 2% debería ser el tope para el próximo año. La inflación del país fue de 4% en octubre.

El Banco de Inglaterra bajó las tasas un punto porcentual el jueves, siguiendo la repentina reducción de 1.5 puntos del mes pasado. Las tasas del 2% están a su nivel más bajo desde 1951, cuando durante buena parte del año se mantuvieron estables al 5%. Inclusive la moderada baja del Banco Central Europeo de 75 puntos básicos es la más alta en su historia.

"El recorte parece, de alguna forma, moderado comparado con los recientes movimientos de un gran número de bancos centrales", dijo Howard Archer de IHS Global Insight.

"El alivio sustancial que vemos alrededor del mundo esta semana sugiere que ha habido un cambio inmenso en la actitud entre los encargados de las políticas monetarias", dijo Sarah Hewin, economista jefe de Standard Chartered Bank, en Londres. La única diferencia en la estrategia parece ser la de la velocidad.

Incluso China, con su rápido crecimiento aunque ahora se desacelera, recortó su tasa clave en 108 puntos base la semana pasada, la mayor reducción en 11 años.

Para muchos, el objetivo es incluso superar a la tasa del Banco de Japón, que se ubica en el 0.3%, el punto donde mantuvo sus tasas oficiales hace una década cuando luchaba contra la deflación.


Las lecciones de la crisis

La lección a aprender en esta crisis es que hasta que los bancos empiecen a dar créditos más libremente, habrá poco impulso económico, sin importar lo barato que esté el costo del dinero.

El banco sueco Riksbank destacó que los recortes de las tasas de interés no estaban teniendo el impacto que tendrían normalmente y el Banco de Inglaterra manifestó su preocupación por la falta de crédito disponible.

"Es probable que se intensifiquen las presiones para que el Banco de Inglaterra baje las tasas aún más y hay un riesgo real de que la tasa del banco termine realmente en cero el año próximo", dijo James Knightley de ING Global Economics.

Si acaso llegan a cero o cerca, los banqueros centrales podrían tomar la referencia del "alivio cuantitativo" de Japón durante su período deflacionario: esencialmente inundar la economía con exceso de liquidez para impulsarla.

"La Reserva Federal está hablando abiertamente de alivio cuantitativo a través de adquisiciones al contado de títulos del Tesoro y las autoridades de Gran Bretaña tendrán que considerar ese tipo de opciones agresivas si la crisis de crédito no se alivia", dijo Knightley.

Las tasas de interés reales -esencialmente las tasas nominales menos el nivel de inflación del momento- ya están a nivel cero o menos en muchos casos, aunque se prevé que la inflación baje por la caída en el precio del petróleo y de las materias primas.

Tan asombroso como los niveles actuales de las tasas es la velocidad con la que algunos bancos centrales han cambiado el enfoque, un indicador de lo mucho que piensan que se ha deteriorado el sistema financiero desde el colapso en septiembre del banco estadounidense Lehman Brothers.

Las próximas movidas de la FED
La mayoría de los analistas espera que este mes la Reserva Federal baje nuevamente las tasas en Estados Unidos, que ya están a un 1% y la lleve a 0,5% en su reunión del 15 y 16 de diciembre.

El banco central estadounidense empezó su campaña de recorte de tasas en septiembre del 2007, cuando la tasa estaba en un 5,25 por ciento. El presidente de la FED, Ben Bernanke, afirmó recientemente que, “aunque las tasas de interés se encuentran en un nivel muy bajo, el 1%, aún es factible aplicar nuevos recortes”.

Pero según estimaron analistas de J.P. Morgan Securities, este no será su último movimiento a la baja. Consideran que la Reserva Federal bajará su tasa de interés a cero por ciento para enero, en un esfuerzo por prevenir una recesión prolongada y reactivar los mercados de crédito.

Según Bernanke la economía de EE UU no podrá recuperarse plenamente hasta que los mercados financieros vuelvan a su funcionamiento normal. De acuerdo con el funcionario, el panorama económico es inusitadamente incierto porque es difícil saber cuándo los mercados financieros retornarán a la buena salud.


El banco de inversión estima además que la FED probablemente mantendrá su tasa referencial de fondos federales en cero por ciento al menos hasta el final del 2009.

Los analistas del banco de inversión esperan que la economía repunte en la segunda mitad del próximo año, con el producto interno bruto alcanzando un crecimiento anual de 1,5 por ciento en el tercer trimestre del 2009.

Hasta ahora, JP Morgan pronosticaba un descenso de tasas de interés de 0,25 puntos en diciembre, hasta llegar a 0,75%, y el mantenimiento de ese nivel en adelante. Pero el banco cambió su enfoque.

"El cambio en nuestra visión está motivado en gran parte porque el riesgo de deflación se hace más probable en un entorno de debilidad en el mercado laboral y en el que la actual restricción de financiación está retrasando las perspectivas de que esa debilidad se resuelva", es la justificación de JP Morgan para su espectacular previsión.

Con las pruebas a la vista, el banco de inversión se acomodó a los nuevos tiempos, y su pronóstico lo formula sobre las cenizas aún humeantes del otrora pujante sistema financiero estadounidense:

La quiebra de Lehman Brothers,

La desaparición de la banca de inversión,

El rescate de la banca y las aseguradoras por el Estado,

El estatismo desaforado en EE.UU. y

El comienzo de una recesión global con una amenaza muy real de deflación.
¿Por qué resultaría extraño, entonces, que la Fed baje las tasas al 0%?
JP Morgan no es el primero que plantea ese escenario. Ya lo hizo Financial Times en un trabajo donde presentó el llamado Planeta Zirp (Zero Interest Rate Policy), un mundo de crédito ilimitado y dinero sin valor, pero que no garantiza una salida a la crisis, tal como enseña el ejemplo japonés.

Japón se volvió zirpeano entre 1999 y 2006, pero aún así no evitó la recesión ni la deflación. La apuesta de JP Morgan Chase viene dada por las diferencias existentes entre la economía de Japón en esos años y la actual en EE.UU.

Al igual que los japoneses entonces, EE.UU., el Reino Unido y España no han sabido gestionar su burbuja inmobiliaria, pero a diferencia de ellos, no mantuvieron una política monetaria restrictiva durante demasiado tiempo.

La FED y en mucho menor medida el Banco Central Europeo bajaron las tasas interés de forma radical desde el principio de la crisis. Luego, la crisis japonesa no dejó que la economía se reestructurase mediante la destrucción del valor de los activos.

Al respecto, es clave es qué hará EE.UU.con la industria del automóvil: si habrá o no con dinero público, ya que si no lo hace, la industria atravesará un duro trance, incluyendo fusiones o en el pero de los casos, la desaparición de alguna de las “tres grandes de Detroit”

¿Por qué llevar la tasa a cero?
Es un ataque frontal a la peor crisis del capitalismo desde la Gran Depresión, Estados Unidos está asumiendo el papel tanto de prestamista como de prestatario de último recurso.

Es posible que el Tesoro, que se encamina a tomar prestados unos 1,5 billones de dólares este ejercicio fiscal, recurra a los mercados de capital en busca de aún más dinero para financiar un paquete de estímulo fiscal de hasta u$s700.000 millones y suministrar fondos adicionales de rescate a los bancos.

"Uno quiere hacer todo lo posible cuando encara la amenaza de un resquebrajamiento deflacionario de la economía", dice Michael Feroli, ex funcionario de la FED que ahora se desempeña como economista en JPMorgan Chase & Co. en Nueva York.

En los últimos tiempos, Ben Bernanke, y el secretario del Tesoro, Henry Paulson, se vieron forzados a tomar medidas verdaderamente extremas porque los métodos que han usado hasta la fecha no han producido los efectos previstos. Los mercados de crédito se derrumban, los precios de las acciones se vienen abajo y la economía mundial se hunde en una recesión.

Mientras todo se derrumba, la deflación surge como una nueva amenaza. Estadísticas publicadas en EE.UU. mostraron que los precios al consumidor, excluidos los costos de alimentos y combustibles, cayeron en octubre por vez primera desde 1982.

Ante semejante turbulencia, los inversionistas colocan el grueso de su dinero en bonos del Tesoro, al mismo tiempo que el Gobierno de EE.UU. presta más y más dinero a las entidades.

Las tasas de las letras del Tesoro a tres meses cayeron la semana pasada a un 0,01 por ciento, lo más bajo de enero de 1940 y los rendimientos de la deuda soberana, con plazos de dos a 30 años, cayó al mínimo desde que el gobierno emprendió la venta periódica de los títulos.

Cuando el doble cero puede convertirse en triple cero
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet dice no estar preocupado por una depresión, ni por la deflación. Es un dato, a tener en cuenta. Por que el BCE está preocupado por la recesión, que es un dato en Estados Unidos y en Europa.

Por lo que si el mundo va realmenta a tasas de interés cercanas a cero, de hecho serán cero en términos reales. Pero la inflación también está en descenso y si se cumplen las previsiones respecto del rally bajista del petróleo, es factible que la tasa de inflación también se reduzca a su mínima expresión.

De producirse este fenómeno, el mundo se encontraría ante un inédito doble cero (tasa de interés y de inflación) que debería ser el punto de partida para restablecer el círculo virtuoso de crecimiento sostenido.

Pero la cuestión es más compleja de lo que parece, ya que no se le escapa a muchos analistas la probabilidad de que a este doble cero se sume otro, reflejado en la tasa de crecimiento.

Si a una tasa de inflación controlada y a un precio del dinero en su mínima expresión se suma el estancamiento de la economía, se estaría frente a un escenario para nada deseado, con consecuencias más que preocupantes para el futuro global.

Rubén Ramallo

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