No negar la crisis y anticipar las oportunidades que surjan incrementará  el poder personal en tiempos difíciles.
Jorge Hambra  DIRECTOR JOH PSICOTECNIA         
 
Cuando las crisis nos amenazan tendemos a  pensar que, para lograr nuestros propósitos, lo que debería cambiar es el  contexto. Este pensamiento, de carácter emocional, nos conduce al primer error:  el contexto hará lo que él quiera sin preguntarnos si nos gusta o no; y si lo  hace hacia donde menos nos gusta, no sólo no diseñaremos conductas adaptativas  sino que, además, nos llenaremos de resentimiento y queja, generando un circuito  negativo que disminuirá nuestro poder personal.
Lo que en situaciones de  crisis sí se requiere es de toda nuestra capacidad para desarrollar actitudes y  conductas contraintuitivas. Esto implica que, mientras aceptamos los  sentimientos que inevitablemente nos invadirán –ansiedad, temor, depresión,  retracción o impulsos a actuar– podamos comportarnos independientemente de  ellos.
DECISIONES DE CALIDAD
¿Qué podemos hacer para mejorar la calidad  de nuestras decisiones en situaciones de crisis? Aquí, tres pasos  técnicos básicos.
  Aceptar las crisis como tales. A muy poca gente le gusta  sufrir. La gran mayoría detestamos el sufrimiento y mucho más el sufrimiento sin  sentido. Tanto, que a la hora de percibir su amenaza nos angustiamos y hasta  preferimos negarlo.
El problema es que resulta imposible gestionar lo que  para nuestra percepción simplemente no existe. Así, realizamos un pésimo  negocio, dado que para negar el peligro pagamos un alto precio en energía que  podría ser muy útil para otros fines más constructivos, como resolver las causas  de ese peligro.
  Minimizar su impacto negativo: sólo quien acepta algo está  en condiciones de gestionarlo, y en una crisis lo primero que se deben gestionar  son los muros de contención. Las crisis suelen expandir sus efectos perniciosos  porque encuentran terreno fértil para lograrlo. Los muros de contención ayudan a  limitar los daños y el primero que debe construirse es contra el pánico. Evitar  el silencio y el aislamiento, dar lugar a la expresión de las emociones sin  permitirles la dominación de nuestro espíritu y dar paso al pensamiento  reflexivo, es una forma de canalizar el temor en hechos  constructivos.
OPORTUNIDADES
El tercer paso es anticipar las oportunidades: que las crisis  generan oportunidades es un dicho tan repetido como  inexacto.
  Lo que nunca se explica suficientemente es que las  oportunidades no están en las crisis, sino que derivan de la capacidad de hacer  una lectura diferencial de lo que está sucediendo. Lograrlo requiere capacidad y  preparación.
  Sobre la base de experiencias y sentimientos vividos, cada  uno de nosotros crea una serie de "moldes" a partir de los cuales tendemos a  contarnos la vida y a abordar las situaciones. Estos modelos mentales, que  fueron eficaces en el pasado, no siempre son adecuados para resolver los  problemas actuales y futuros o para percibir las oportunidades que  surgen.
  Mantener conversaciones fértiles –en el marco del coaching–  y desafiar aquellos aspectos de nuestros modelos mentales que no nos ayudan a  descubrir oportunidades y nos impiden manejar las variables del ambiente,  llegando a amenazar nuestra salud y la de quienes nos rodean, nos ayuda a  ampliar nuestras posibilidades de visión e incrementan nuestro poder personal
Fuente: http://www.empleos.clarin.com/
 
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