Las noticias provenientes del sector financiero, en cuanto a la captación de depósitos en pesos, no son precisamente auspiciosas. Esta afirmación encierra varias lecturas y, lo más importante, no se limita exclusivamente a la situación de los bancos, sino que se extiende al resto de la economía.
De la última información disponible del Banco Central surge que los depósitos totales del sector privado se ubican, al día 14 de abril, en los casi $170.000 millones, de los cuales $135.000 millones corresponden a imposiciones en pesos y el resto a moneda extranjera -que en lo que va del año mostraron una notable expansión-.
Con este saldo, los depósitos totales muestran un ritmo de crecimiento que es exactamente la mitad del registrado en igual período del año anterior, ya que avanzaron un 3,3% frente al 6,6% de aquel momento.
Las cuentas corrientes son las más afectadas por este amesetamiento, ya que pasaron de un incremento de más del 10% a una caída del 3,8%. Esta diferencia no es más que el reflejo de la caída del nivel de actividad observado en la economía local.
Por su parte el segmento menos perjudicado es el de plazos fijos, que pasaron de crecer desde el 12,2% a un 9,7 por ciento.
Un factor que jugó en contra fue la evolución de las tasas de interés que no logró seducir a los inversores, frente a otras alternativas más prometedoras, como el dólar.
Depósitos en pesos
En cuanto a los depósitos en pesos:
- Las cuentas corrientes prácticamente no han avanzado en estos últimos tres meses y medio, cuando hace un año crecían al 7%
- En tanto, los plazos fijos desaceleraron su tasa de crecimiento al pasar del un ritmo de suba del 14,4% a poco menos del 6 por ciento.
Esta desaceleración de más de 8 puntos porcentuales se atribuye, según explican los analistas, a la virtual estabilización de los depósitos a mediano plazo ocurrida en lo que va del año (es decir, aquellos colocados entre los 90 y 365 días).
Cabe recordar que hace un año crecían a tasas superiores al 40% (aunque empujados en gran medida por la repatriación de los fondos que mantenían las AFJP en Brasil).
A la hora de analizar cómo es la estructura de dichos depósitos, en moneda nacional, se observa que:
- Las cuentas a la vista ya representan el 55% de las imposiciones totales (históricamente justificaron menos del 50%)
- Tal avance fue logrardo en detrimento de los plazos fijos, que hoy apenas superan el 40% del total
En este proceso de caída estructural, éstos evidencian una aguda modificación en cuanto a los períodos de captación:
- En la actualidad las dos terceras partes están colocados a menos de 60 días
- Y si el análisis se extiende a los 180 días como máximo, la concentración es del 91 por ciento.
“Si bien en todo el mundo crece la incertidumbre en períodos electorales, siempre son las elecciones presidenciales aquellas que generan los mayores interrogantes. Sin embargo, en este caso, la sensación de temor viene dada por el adelantamiento de los comicios, porque la gente realmente se pregunta qué vendrá después”, explicó Aldo Abraham, economista de Exante.
Se acabó la “furia” de crecimiento
Hasta no hace mucho tiempo, los depósitos en pesos crecían a tasas siderales. Sin ir más lejos, hasta el día en que se aprobó la fatídica Resolución 125 que puso en vilo a todo el país, se vanagloriaban de crecer a un ritmo del 23% anual, liderados por las cuentas corrientes (36,2%).
Mucho más cerca en el tiempo, ya en septiembre del año pasado, el ritmo de suba se redujo al 19% anual, siendo los plazos fijos el motor de ese crecimiento (26% interanual).
Pero ya en diciembre se hizo más que evidente el cambio de humor en la sociedad. Es así como a finales de año mostraban un incremento anual de apenas el 4% para el total de colocaciones (tan sólo 2,78% para los plazos fijos).
Lejos de recuperarse, y según la última información oficial disponible, los depósitos totales en pesos no muestran signos de mejoría: han caído un 3% interanual, empujados por el derrumbe de las colocaciones a plazo (que han perdido un 4,6 por ciento).
Según Abraham “la gente quiere asumir menos riesgos, y por eso saca el dinero de los bancos, o elige opciones más líquidas. En el caso de los plazos fijos, buscan hacerse de la plata antes de las elecciones”.
Los depósitos en dólares salen "a copar la parada"
Lo más llamativo se registra en el segmento de las colocaciones en dólares: el monto total aumentó un 15% en lo que va del 2009 (frente al 2,75% de año pasado).
El economista del estudio Joaquín Ledesma y Asoc. Gabriel Caamaño Gómez explicó que "la dolarización del año pasado se hizo consumiendo ahorro, dado que la gente dejaba el dinero de las transacciones en pesos porque el tipo de cambio se mantenía estable. Hoy en día, piensa que subirá y entonces lo pasa a dólares”.
Así, Caamaño explicó que “el grueso de stock de ahorro ya está dolarizado y ese pasaje a moneda extranjera hoy se realiza a partir del flujo de ahorro mensual que se va generando, y que va creciendo porque cada vez se busca ahorrar más”. Claro está, que esto también se logra reduciendo el nivel de consumo.
Otro dato significativo del que dan cuenta los analistas es el repunte que registran los plazos más extendidos: las colocaciones entre 90 y 180 días avanzaron un 30% en ese mismo lapso.
Durante varios años, los depósitos en dólares representaron alrededor del 13% del total de las colocaciones en el sistema bancario. Pero a partir de fines de septiembre del 2008, comenzaron a incrementar sustancialmente su participación, para llegar al actual 20 por ciento.
“Los ahorristas optan por el plazo fijo y no por la caja de seguridad por una cuestión de transparencia”, explicó a iProfesional.com, Jorge Todesca, director de la consultora Finsoport.
Haciendo un paralelo con los pesos, las imposiciones en dólares vienen creciendo con fuerza desde hace ya un largo período, aunque a partir de muy bajos montos.
Rodolfo Santángelo, de M&S consultores afirmó que “el fenómeno que explica esta situación es la dolarización de los portafolios. Por un lado es una mala noticia, pero por otro lado es una buena porque significa que hay confianza en el sistema bancario”, algo impensado hasta hace poco tiempo atrás, tras los sucesos de fines de 2001.
Si se comparan las últimas cifras difundidas por el Central con las de un año atrás, surge un crecimiento del 32% para el total, con valores muy similares para las cajas de ahorro y los plazos fijos.
Cabe apuntar que estas cifras son muy parecidas a las registradas sobre fines de año, cuando las primeras crecían un 21% y los segundos un 17 por ciento.
Para Todesca “este cambio en la cartera de los inversores revela desconfianza y la idea de que va a haber una devaluación mayor a la de la tasa de interés".
El efecto sobre la actividad económica
Los bancos sólo pueden aplicar los plazos fijos en dólares a créditos valorizados en esa moneda, es decir, para operaciones de exportación. Sin embargo, las entidades no cuentan con la demanda que actúe de contrapartida, por lo que no incentivan estas colocaciones sino que los mantienen en encajes en el Central.
El incremento constante de los depósitos a plazo fijo en dólares tiene su efecto positivo para los bancos pero su cara negativa para la economía real.
En tal sentido, Santángelo sostuvo que “hay liquidez en el sistema bancario pero hay iliquidez en la macroeconomía, es decir, no hay dinero en la calle”.
Todesca coincidió con Santángelo y afirmó: “Esta tendencia ayuda a las reservas del BCRA, porque este pase de carteras no es salida de capitales ya que el dinero permanece dentro del sistema”.
La contratara es que “disminuye la oferta prestable en pesos y esto tiene impacto sobre las tasas”, concluyó el ex viceministro de Economía.
Fuente: http://finanzas.infobaeprofesional.com/
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