El "blanqueo" laboral impulsado por el Gobierno Nacional, que se votará el miércoles en la Cámara de Diputados, aumenta el gasto de las empresas en más de un 50 por ciento.
El proyecto de "blanqueo" de trabajadores parte del diagnóstico de que es importante reducir la informalidad y de que el problema está concentrado en las pequeñas empresas.
Sin embargo, frente a las enormes responsabilidades que implica tener un trabajador "en blanco", las dosis de incentivos que contempla el proyecto resultan insignificantes, según un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).
Según el documento, para que la iniciativa no termine en un "fracaso" es fundamental que el Congreso introduzca transformaciones de fondo para hacer que el cumplimiento de la ley se de en un marco mucho más simple, menos costoso y más seguro.
El proyecto contiene un capítulo referido a la promoción de la registración de las relaciones laborales no registradas.
Contempla permitir la regularización de hasta diez trabadores no registrados, sin pagar deudas de capital e intereses por el pasado, y hacia el futuro otorgar un incentivo de 50 por ciento de reducción de las contribuciones patronales con destino a ANSES y PAMI durante el primer año y de 25 por ciento de reducción en el segundo año.
Cuando se supera esa cantidad de trabajadores, los beneficios disminuyen por lo que así, el proyecto pone énfasis en los problemas de informalidad en las empresas más pequeñas.
Resulta pertinente considerar como cambiaría la estructura de costos en una pequeña empresa que decida "blanquear" sus trabajadores usando los beneficios que contempla el proyecto.
Si bien cada caso es diferente, considerando aportes y contribuciones a ANSES, PAMI, obra social, ART e imposiciones convencionales los costos no salariales por cada 1.000 pesos de salario de bolsillo son aproximadamente los siguientes.
Aplicando el régimen general, los impuestos al trabajo ascienden a la suma de 602 pesos.
Con la reducción de las contribuciones patronales destinadas a la ANSES previstos en el proyecto el ahorro es de 102 pesos el primer año y 51 el segundo.
Esto significa que por cada 1.000 pesos de salario de bolsillo que actualmente el empleador paga "en negro", cuando formalice deberá comenzar a pagar 1.500 pesos el primer año, 1.551 pesos el segundo 1.602 pesos a partir del tercero.
Los datos confirman que para comenzar a cumplir con las normas manteniéndole al trabajador el mismo ingreso de bolsillo, el empleador tiene que afrontar un importante aumento de costos, según Idesa.
Fuente: http://www.ambito.com/
El proyecto de "blanqueo" de trabajadores parte del diagnóstico de que es importante reducir la informalidad y de que el problema está concentrado en las pequeñas empresas.
Sin embargo, frente a las enormes responsabilidades que implica tener un trabajador "en blanco", las dosis de incentivos que contempla el proyecto resultan insignificantes, según un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).
Según el documento, para que la iniciativa no termine en un "fracaso" es fundamental que el Congreso introduzca transformaciones de fondo para hacer que el cumplimiento de la ley se de en un marco mucho más simple, menos costoso y más seguro.
El proyecto contiene un capítulo referido a la promoción de la registración de las relaciones laborales no registradas.
Contempla permitir la regularización de hasta diez trabadores no registrados, sin pagar deudas de capital e intereses por el pasado, y hacia el futuro otorgar un incentivo de 50 por ciento de reducción de las contribuciones patronales con destino a ANSES y PAMI durante el primer año y de 25 por ciento de reducción en el segundo año.
Cuando se supera esa cantidad de trabajadores, los beneficios disminuyen por lo que así, el proyecto pone énfasis en los problemas de informalidad en las empresas más pequeñas.
Resulta pertinente considerar como cambiaría la estructura de costos en una pequeña empresa que decida "blanquear" sus trabajadores usando los beneficios que contempla el proyecto.
Si bien cada caso es diferente, considerando aportes y contribuciones a ANSES, PAMI, obra social, ART e imposiciones convencionales los costos no salariales por cada 1.000 pesos de salario de bolsillo son aproximadamente los siguientes.
Aplicando el régimen general, los impuestos al trabajo ascienden a la suma de 602 pesos.
Con la reducción de las contribuciones patronales destinadas a la ANSES previstos en el proyecto el ahorro es de 102 pesos el primer año y 51 el segundo.
Esto significa que por cada 1.000 pesos de salario de bolsillo que actualmente el empleador paga "en negro", cuando formalice deberá comenzar a pagar 1.500 pesos el primer año, 1.551 pesos el segundo 1.602 pesos a partir del tercero.
Los datos confirman que para comenzar a cumplir con las normas manteniéndole al trabajador el mismo ingreso de bolsillo, el empleador tiene que afrontar un importante aumento de costos, según Idesa.
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