jueves, 6 de noviembre de 2008

Finanzas para Principiantes V

Los fundamentos de la evaluación financiera


Una persona no tiene la necesidad de consumir solamente en función del dinero que posee en ese momento. En realidad, a veces consume más de lo que tiene, y a veces menos.
Para que ocurra, lo que se hace es transferir los recursos en el tiempo. Cuando yo traigo al presente recursos futuros, estoy pidiendo prestado. Cuando transfiero al futuro mis recursos actuales, estoy prestando.
De acuerdo con los recursos que una persona posee y sus preferencias en cuanto al momento en que los quiere consumir, esa persona puede ser prestamista, prestatario o las dos cosas. Tales transacciones financieras están motivadas por el deseo de incrementar su satisfacción cambiando la localización en el tiempo de los recursos.
Este cambio de recursos en el tiempo no es gratis, sino que hay un costo o una recompensa según que se pida prestado o se preste. Este costo se llama tasa de interés. La tasa de interés del mercado es la tasa de cambio entre recursos presentes y futuros.
La tasa de interés que resulte de una operación determinada, está compuesta por varios elementos: la tasa "pura" de mercado, un adicional por inflación y un adicional por riesgo.
La tasa "pura" de mercado se considera que el costo de una inversión sin riesgo y se considera el costo o el rendimiento mínimo de cualquier operación. Esa tasa no existe sola en ningún lado ya que cualquier tasa que se fije en la vida real lleva un incremento en función de las expectativas de inflación que pudiera haber en el plazo en que realiza la operación. En los mercados financieros, se considera que el rendimiento de los bonos de cupón cero emitidos por el tesoro de los Estados Unidos es el valor que mejor representa a una tasa libre de riesgo, por lo tanto ese rendimiento se considera el "piso" del mercado. Ese valor suele estar alrededor del 6 ó 6,5% anual.
Sin embargo, si uno en lugar de prestarle al tesoro de los Estados Unidos, le presta a una persona o empresa, existe la probabilidad de que no le paguen los intereses en el tiempo establecido, que le devuelvan los fondos después de los plazos fijados, o que no le devuelvan nada. La incertidumbre en los retornos de un préstamo (o de cualquier inversión que implique una colocación de fondos en el presente, para obtener más fondos en el futuro), se conoce como riesgo.
Cuando existe este riesgo, un inversor solicitará un ingreso mayor para compensarse de los riesgos corridos. Este monto mayor se fija como un porcentaje que se agrega a la tasa de interés libre de riesgo, y se llama premio por riesgo.
Por ejemplo, si un inversor invierte $ 100 y puede obtener $ 106 en una inversión sin riesgo, en una inversión con riesgo requerirá $ 110. De los $ 10 pesos que recibe de más por la inversión, $ 4 serán considerados el premio por riesgo.
Como un inversor racional no tomará ningún riesgo "gratis", se considera que cuanto mayor es el riesgo de una inversión (esto es, cuanto mayor sea la incertidumbre acerca de sus retornos esperados), mayor será la retribución que se exija por soportar ese riesgo.
En los mercados financieros existen empresas calificadores de riesgo como Moody's o Standard & Poors que califican a países y empresas de acuerdo a su riesgo. Esa calificación es la que determina cuál es el adicional por riesgo que se les cobrará. Esto hace que, por ejemplo, cuando la tasa de interés pura está en un 6% anual, a los bonos que emita un gobierno de otro país les piden un interés del 12% anual: ese 6% anual adicional está en función del riesgo-país, según la estimación de riesgo hecha por consultoras internacionales.
Pero el riesgo que puede tener una inversión no es uno solo, sino que se van acumulando diversos riesgos. Al riesgo-país se le agregará luego el riesgo del sector, el riesgo de la empresa o el particular, y el riesgo de la actividad que se está financiando. También hay un elemento adicional, bastante más complicado, y es la modificación que representa el riesgo de una inversión adicional en el riesgo total del portafolio de inversiones de un inversor. Todos estos riesgos que van apareciendo, implican aumentos de la tasa de rendimiento que pretende obtener un inversor.
El riesgo más grande de todos, se corre cuando se pretende financiar a una persona o pequeña empresa que recién comienza, en una actividad cuyo desenvolvimiento no se conoce porque es relativamente nueva, que se encuentra en un mercado nuevo y donde la empresa prácticamente no tiene ningún tipo de bienes físicos con los que garantizar la devolución de los fondos.
En estos casos, los rendimientos pretendidos pueden llegar a ser, por ejemplo, de unos intereses entre el 30 y el 40% anual sobre la inversión, con la pretensión de obtener a la devolución de la inversión inicial, entre 5 y 20 veces el valor originariamente invertido. Esto significa un rendimiento anual pretendido que está entre el 50% y el 80%.
Esta situación descripta es la que normalmente se encuentra hoy día entre los start-ups de empresas ligadas a internet, y los rendimientos indicados son los requeridos por los inversores de riesgo para este tipo de empresas.

Fuente: http://www.psicofxp.com/

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