martes, 8 de julio de 2008

Cómo invertir $10.000

El plazo fijo no convence, las acciones son para expertos, pero los argentinos que tienen algún ahorro buscan cómo hacerlo rendir para no perder valor con la inflación. Qué se puede hacer fuera del circuito financiero
“El ahorro es la base de la fortuna” decían las abuelas, pero en realidad estaban muy equivocadas. La inversión es la base para poder generar riqueza.

El autor del best seller Padre Rico Padre Pobre, Robert Kiyosaki, explica en su libro que para ser multimillonario comenzó desde muy abajo, pero con un concepto claro: colocar el dinero en el lugar que le diera mayor rendimiento.

Si usted puso $10.000 en un banco y a los doce meses retiró $11.000 en un país donde un auto usado que hace un año costaba $10.000 ahora vale más de $12.500, evidentemente, no hizo negocio.

La premisa de una inversión es postergar un consumo actual por uno mejor para el futuro. En pocas palabras, invertir bien sería resignar la compra del auto de $10.000 para que en un año pueda comprar uno de $15.000.

Es verdad que obtener grandes retornos sobre un capital de u$s3.300 no es tan sencillo, pero hay algunas ideas que pueden llegar a ponerse en práctica.

Inmuebles: Con $10.000 no se puede comprar un departamento, salvo que la opción sea una zona alejada de la Capital Federal, que habilite la posibilidad de un crédito y posterior alquiler. En algunas zonas como Avellaneda o Lanús, en el Gran Buenos Aires se pueden conseguir departamentos chicos o locales comerciales en unos $45.000. En el caso de un local se puede tomar un crédito a cinco años (monto de $35.000) con una cuota mensual de unos 900 pesos. Alquilar ese local permitiría obtener alrededor de $700. De esta manera, el inversor debería sumar unos $200 mensuales, pero que después de cinco años se cuadruplica el capital inicial y el alquiler sigue dando una renta permanente.

Juan Badino, titular del SOM, advirtió que “no debe comprarse algo que no tenga posibilidad de alquiler clara. Hay que ver si la inversión se justifica en relación con la renta y analizar bien antes de invertir”. El inmueble tiene que estar en buenas condiciones, bien ubicado y, por sobre todo, tiene que poder revenderse. “El alquiler paga buena parte de la cuota y uno se queda con un bien que se valoriza”, dijo Badino.

No obstante, aseguró que “encontrar una opción de inversión de $10.000 en el mercado inmobiliario es muy difícil”.

El retorno de los Fondos

Para un inversor que no conoce demasiado sobre finanzas y tampoco está conforme con el rendimiento de 4,5% anual que le puede dar un plazo fijo, los fondos comunes de inversión están retornando con mucha fuerza, porque el público quiere retornos que por lo menos le ganen a la inflación.

Lo bueno de un fondo es que los montos mínimos suelen ser de $1.000, por lo tanto, aquel que tenga un capital de 10 mil pesos, puede diversificar incluso la opción dentro de los FCI. Destinar una parte a un fondo de bonos y probar el rendimiento de un 25% del capital en un fondo de acciones.

Por ejemplo, el de renta variable en acciones de Puente rindió de julio del 2004 a octubre de este año, 79 por ciento. También existe la opción de un FCI de bonos. Hoy, la mayoría incorpora en sus carteras los títulos que ajustan por CER. De esta manera, la cobertura por inflación está prácticamente asegurada, y si los plazos de la inversión no son urgentes, las chances de ganar dinero se acrecientan.

También están los Fondos denominados “hedge fund” donde se elaboran estrategias combinadas de inversión muy especializadas, como comprar acciones y lanzar opciones sobre ellas. Durante el año, éstos han dado excelente resultado (aunque la bolsa no paró de subir...)

Apuestas tierra adentro

Una hectárea de campo puede costar desde los u$s3.000 hasta los u$s7.000 de acuerdo a la zona. En otras provincias se pueden obtener extensiones a menor valor.

Pero no olvidamos que tenemos sólo $10.000. Y la verdad es que aunque la soja dé tantas ganancias como el petróleo árabe, con una hectárea no hacemos nada.

La única alternativa es sumarse a un pool de inversores que alquile campos para sembrar, donde el mayor riesgo es perder la cosecha. Estos grupos tienen que ser organizados y coordinados por expertos y con gente confiable.

La gente de campo también tiene sus pequeñas inversiones que no reportan ganancias con la celeridad que muchos hombres de ciudad esperan. Algún pequeño chacarero que tenga ese dinero, compra animales y se toma el tiempo para que den cría. Ho, con $10.000 se puede conseguir una decena de animales. El capital permanece parado durante un tiempo, pero los que saben y tienen paciencia encuentran una salida interesante a largo plazo muy rentable.

De vuelta en el cemento

Es interesante analizar el furor de construcción que se está observando en la Ciudad de Buenos Aires. Hoy se pueden encontrar que muchos edificios carecen de garage. Sobre todo cuando se busca abaratar el costo de una propiedad en la Argentina devaluada. En ese caso, es conveniente mirar una cochera, cuyo precio va desde los u$s3.000 a los u$s5.000, según la zona, y el acceso o comodidad para el vehículo.

Una cochera en Barrio Norte que se cotiza en unos u$s3.500 se está alquilando a $150 mensuales. A medida que crece el parque automotor, en algunas zonas se espera que este activo continúe aumentando.

Para José Antonio Cabrera, titular de la Cámara de Garajes y Estacionamientos, “esta opción no es rentable”. “La gente no tiene plata para pagar la cochera al valor que lo tiene que pagar. Cuando estaba en el 1 a 1 costaba u$s140 y ahora nadie puede pagar ni pagaría $400 una cochera. El precio de las cocheras no se actualizó. A lo que se percibe, hay que descontarle ABL, Aguas, expensas, lo que termina haciendo de esta posibilidad una inversión no tan rentable”, dijo.

Pero Cabrera tiene más en cuenta la realidad de las playas de estacionamiento, porque muchos particulares que han optado por esta opción mantienen el capital, la inversión no es grande, y la renta es una constante, sobre todo analizando la perspectiva de mejora económica que sigue vigente en la Argentina.

Negocios insólitos

No todo lo que uno invierte tiene que estar dentro de las alternativas tradicionales. Un caso singular de mención es el de un hombre que, fanatizado con los buenos vinos argentinos, viaja a Mendoza después de la fiesta de la Vendimia y se trae grandes cantidades de botellas a precios de “liquidación” en bodegas que producen con buena calidad.

Una vez aquí, comenzó a venderle a sus amigos, y hoy tiene montado un pequeño negocio distribuidor que se ha contactado con empresas organizadoras de eventos y fiestas. Su pequeña firma le está dando muy buenos rendimientos, a tal punto que dejó su anterior actividad para dedicarse a descubrir nuevos sabores para comercializar en Buenos Aires.

En San Miguel de Tucumán, Alexandra Chamorro es una economista española que se radicó en la Argentina y que trabajó durante muchos años en uno de los bancos más importantes del mundo. Invirtió $10.000 en mercadería de primeras marcas de ropa informal que no se vendían en esa provincia, alquiló un local en una galería céntrica y hoy tiene un negocio que cuenta con tres empleados y le deja un rendimiento mensual neto de unos $2.000, pero trabajando sólo mediodía.

Con $10.000 tiene la opción de pensar sus vacaciones, comprar un televisor de plasma para ver el Mundial o hacer como recomiendo Kiyosaki en su libro: invierta y dése los gustos con las ganancias pero preservando su capital. El asegura que esa es la gran diferencia entre la clase media que quiere ser rica y los verdaderos ricos.

Si usted hizo su emprendimiento, cuéntenos su caso y cómo le fue

Andrea Sambuccetti
Jorge Heili
jheili@infobae.com

Fuente: http://www.infobae.com/

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