Sin distinción de montos, los bancos que operan en la city porteña pagan por depósitos a plazo fijo prácticamente lo mismo por un monto reducido que por uno millonario en pesos.
Las últimas tasas pagadas por los bancos fueron en promedio el 15,7% anual para colocaciones a 30 días, en tanto que los depósitos de más de un millón de pesos fueron negociados a un rendimiento promedio del 16,2%. La diferencia es mínima, apenas medio punto porcentual, cuando en diciembre la brecha era de 2,6 puntos.
Claro está que en algunos casos puntuales por grandes depósitos, la tasa fue mayor, pero en ningún caso superó el 17,5%. Lejos están los días de finales de octubre, en lo peor de la corrida bancaria, cuando la brecha llegó a un máximo de 12,5 puntos porcentuales.
Los motivos de esta nivelación reconocen cuestiones estacionales y puntuales. En el primer caso se puede mencionar que en la primera quincena del mes de enero se registra el retorno de los fondos que salieron del sistema en diciembre, que le da cierto alivio a la liquidez de las entidades bancaria y deprime los rendimientos.
A ello debe sumarse puntualmente un freno en la demanda de crédito por parte de las empresas y la presencia de ANSES como gran colocador de fondos en el sistema de licitación de fondos para créditos al sector privado destinados al consumo y a la producción.
Pero el principal motivo que lleva a esta reducción de la brecha pasa por la ofensiva lanzada por las entidades para preservar a sus inversionistas en enero y febrero, ante la inseguridad que todavía dicen sentir los inversores en la plaza financiera.
"Los bancos extranjeros de primera línea pagan a los minoristas una tasa similar a la mayorista, para así poder retener depósitos de $40.000. Nadie quiere perderlos, y se pelea hasta el último peso", sostuvo el CEO de Notibancos.com, Gustavo Giraldez.
La consigna de los bancos es clara: mantener al cliente chico, para que no se dolarice y se vaya a caja de seguridad o al colchón.
Los analistas prevén que los intereses pagados por las colocaciones se mantendrán positivos, es decir, por encima de la inflación. Esto permite que el inversor pueda cubrirse de los efectos de la suba de precios, aunque también es dinero que se sustrae al consumo.
"En los últimos años en la Argentina hubo tasas de interés negativas, pero el escenario cambió en 2008", apuntó Dal Pogeto.
Pero pocos son los banqueros que en diálogo con iProfesional.com apuestan a que esta mínima brecha se mantenga por demasiado tiempo. “La tasa mayorista tiene una capacidad de reacción mucho más rápida que la minorista”, aceptó en estricto “off the record” el gerente financiero de un banco nacional.
Fuente: http://finanzas.infobaeprofesional.com/
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