lunes, 26 de enero de 2009

La suerte está echada a favor de la suba del dólar, pero antes deberá transitar tres etapas


Expertos consultados por iProfesional.com dieron su pronóstico sobre la hoja de ruta que seguirá el billete verde respecto del peso en 2009. Conozca los factores que serán determinantes y sepa cuándo le convendrá comprar o vender. A qué llaman el "ajuste final". A cuánto cotizará a fin de año

Puntos Importantes
  • Está claro que el dólar terminará el año en valores cercanos a 4 pesos
  • Pero su cotización pasará por ciclos marcados por la oferta y demanda de dólares
  • Hasta marzo irá trepando lentamente
  • Hasta octubre, la oferta de dólares de los exportadores y el período preelectoral lo mantendrá estable
  • Después de las elecciones, será el momento del ajuste de la cotización presionado por la demanda del Estado para pagar la deuda público
En el último mes, la cotización del dólar vino trepando lentamente y se fue acercando a los $3,50. Una fuga de capitales más relajada, ayudada por las altas tasas de interés, permitió al Banco Central (BCRA) recuperar reservas y al dólar subir un escalón, tan deseado por los exportadores y el sector industrial, para sostener su competitividad.

Este último viernes, el dólar cerró a $3,49 para la venta, y consolidó así una suba del 1% en la semana y en el mes. En tanto, el BCRA pudo recuperar u$s200 millones de reservas.

iProfesional.com consultó a prestigiosos especialistas para saber qué le depara al billete verde en este año y cuáles serían los factores que impulsarán "las tres etapas del dólar":

Así, con algunas variantes según el criterio de cada uno, estimaron que la cotización atravesará básicamente distintos ciclos:

  • Un primer trimestre de alza
  • Un amesetamiento: producto de la liquidación de dólares de los exportadores, en abril y mayo, y al manejo del Central en el período preelectoral
  • Un ajuste: tras las elecciones legislativas de octubre, y por las necesidades de esta divisa por parte del Estado para pagar la deuda pública

En cada etapa, pujarán distintas fuerzas. Por un lado, la caída de las exportaciones y la demanda de divisas de los importadores y, sobre todo la salida de capitales, que presionarán a la suba la cotización. Por otro, contrarrestando las fuerzas del mercado y las necesidades del Estado, el poder de fuego del Banco Central administrando el tipo de cambio, gracias a su nivel de reservas.

En este escenario, los expertos creen que más que nunca, este año el Central deberá decidir cuánto deseará perder de dichas reservas y cuánto dejará subir la cotización. A pesar de este interrogante, ya todos coinciden en que el dólar terminará el año con valores cercanos a 4 pesos.

En este sentido, la directora del Estudio Bein, Marina Dal Poggetto, dijo que se espera que a fin de año el dólar cueste entre 3,93 y 3,95 pesos.

La especialista también explicó que “en el primer trimestre del año, se moverá un poco para arriba, en función de los depósitos y reservas. En el período previo a las elecciones, estará planchado. Después de octubre, el ajuste será fuerte”, explicó.

De acuerdo con el economista jefe del Área Fiscal del IERAL de la Fundación Mediterránea, Marcelo Capello, el tipo de cambio tiene menos probabilidad de que aumente durante las grandes cosechas y más posibilidades "a fin de año, cuando terminará un 10% por encima de lo que registra hoy".

En tanto, el economista de la consultora Joaquín Ledesma y Asociados, Gabriel Caamaño Gómez, señaló que en el primer semestre del año, el BCRA va a mantener el margen de maniobra e indicó que "por las elecciones y la fuga de capitales, el promedio de cotización para esos meses estaría en torno a $3,6”, lo cual da cuenta de una ligera suba para el primer ciclo del año.

Ya pensando en los meses posteriores a las elecciones de octubre, el experto estimó un ajuste "con lo cual, veo al dólar terminando 2009 en torno a 3,9 pesos”.

El amesetamiento
Como es habitual, el segundo trimestre del año traerá consigo las liquidaciones de dólares de los exportadores agropecuarios, que ayudan a mantener estable la cotización de la divisa, destacaron los expertos consultados.

Para Ramiro Castiñeira, economista de la consultora Econométrica, “este año va a ser diferente, en virtud del precio de la soja. El año pasado estaba en u$s500 la tonelada y hoy cuesta menos de u$s400. También se va a exportar menos”.

Al respecto, Capello aclaró: “Por menor que sea la liquidación de exportaciones y si bien se amorigeró por la capacidad de almacenar de los productores, todavía se notará una mayor cantidad de liquidaciones de la cosecha en ese período”.

En contraposición a dicha oferta, está la necesidad de divisas de los importadores, "que dependerá de la compra de insumos del sector industrial, cuya actividad suele caer en enero y febrero, para luego repuntar luego", explicó Capello.

Otro factor determinante del período de amesetamiento tiene que ver con la intervención del BCRA de cara a las elecciones.

En los meses anteriores a las elecciones “se suele producir un problema de `esperar y ver´, por lo que puede haber un efecto de atesorar divisas”, dijo el especialista, y añadió "aunque la demanda de dólares aumente por la incertidumbre, el BCRA tiene capacidad de fuego para controlar que no haya subas importantes de la cotización".

El economista sostuvo que no resulta conveniente para el Gobierno dejar que suba el dólar en un período preelectoral: "Si deja subir el tipo de cambio, genera más incertidumbre y un círculo vicioso, por una mayor demanda de dólares para atesorar. Ese dinero que sale de circulación afecta negativamente el nivel de actividad y, antes de las elecciones, el gobierno tratará de controlar el tipo de cambio”.

Después de las elecciones
Luego del "amesetamiento" llegará una etapa que los especialistas llamaron de "ajuste".

Caamaño explicó que el “componente electoral de este año es un factor negativo” porque, gracias a él, “se van a retrasar los ajustes en las retenciones y la depreciación del peso”. Como consecuencia, “el ajuste cambiario post elecciones será más abrupto y doloroso”, concluyó.

Según Castiñeira, el desafío se concentra en octubre, cuando habrá que pagar u$s2.000 millones de amortización del Boden 12, y en diciembre, unos u$s1.000 millones por el bono atado al PBI. En el año, el Estado necesitará 6.400 millones de dólares.

La limitación permanente
La caída del superávit comercial y la fuga de capitales son los dos factores que van a impactar en la cotización durante este año. Los pronósticos más pesimistas hablan de una balanza comercial que pasará de 13 a 4 mil millones de dólares este año. En tanto, los analistas coinciden en que se mantendrá la salida de divisas, en torno a los 15 mil millones de dólares.

Los dólares comerciales alimentaban las reservas del Banco Central y su poder de fuego para contener la fuga de dólares y la cotización del dólar. Pero el resultado comercial se va reducir por la caída de los precios de las exportaciones y de las cantidades exportadas (por la sequía, menores siembras y por la desaceleración de los mercados de destino).

Así, los márgenes del BCRA serán menores para sostener la cotización local. “Es una pérdida muy importante de flujo de dólares para la economía, al haber una contracción de la oferta, y una demanda importante que no cae, porque el Estado necesita pagar la deuda y la salida de capitales que sufre el país”, dijo Castiñeira.

“Las expectativas se acomodan a la estacionalidad y el Central la maneja pero este año puede enfrentarse con la disyuntiva de tener que vender reservas, en vez de comprar, o subir el tipo de cambio”, agregó Castiñeira y contó que esperan un dólar de $3,80 promedio en el año.


Fuente: http://finanzas.infobaeprofesional.com





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