| Tobías Schmukler PRESIDENTE INNOVATEKNE  |  ![]()  | 
Es importante la transferencia de  conocimientos científicos desde la universidad y centros de investigación hacia  el ámbito privado-empresarial en un país como la Argentina? ¿Podemos prescindir  de la creación de empresas cuya base sea el conocimiento científico; es decir,  de aquellas que surgen a partir de un proyecto o prototipo resultado de  investigaciones científicas y cuyo fin es la creación de valor tangible? Meses  atrás, en Canadá, se realizó una encuesta dirigida al hombre "de la calle"; le  preguntaban qué esperaba de la universidad pública.
Las respuestas fueron  coincidentes y unánimes: "puestos de trabajo".
Veamos qué sucede en otros  países. En los EE.UU., en Boston, se encuentra el Massachussets Institute of  Technology (MIT), una de las mejores universidades del mundo. Una de sus  actividades es el concurso anual de planes de negocios, en el que compiten  grupos multidisciplinarios formados por profesionales de distintas  áreas.
El fin es promover la creación de empresas alrededor de una  invención que, junto con la comercialización, se transforma en  innovación.
En sólo 16 años, surgieron de allí 85 emprendimientos, que en  conjunto tienen una capitalización de mercado superior a los 10.000 millones de  dólares .
Otro caso es la Universidad Hebrea de Jerusalem, que se destaca  no sólo por crear más de 120 patentes al año, sino también por generar decenas  de empresas y empleos calificados, gracias al aporte de un organismo privado  llamado YISSUM (propiedad de la UHJ). Esta organización persigue rentabilidad y  funciona como nexo entre los ámbitos académico y empresarial.
¿Es posible  algo así en nuestro país? No sólo es posible, sino que debería ser una prioridad  nacional.
Las razones son varias: creación de puestos de trabajo  calificados y desarrollo socioeconómico sustentable, entre las más importantes.  Para que esto ocurra, es imprescindible una eficaz transferencia del  conocimiento científico desde los ámbitos donde se genera hacia aquellos  inversores dispuestos a arriesgar su capital, en pos de la creación de pymes  tecnológicas.
Los obstáculos ¿Cuáles son los problemas  más significativos que encontramos y que dificultan esta transferencia? El  primero de ellos es una enorme barrera cultural.
Los hombres de negocios  y los científicos hablan el mismo idioma, pero la semántica es, muchas veces,  distinta. Sólo unos pocos inversores se animan a acercarse a los científicos e  invertir en sus prototipos para transformarlos en empresas rentables.
Del  lado de los científicos, pocos se animan a cruzar esta frontera. Hay muchos  preconceptos en la comunidad científica argentina que impiden que más proyectos  e ideas trasciendan este ámbito y generen empresas y empleos. También existen  cuestiones ideológicas que obstaculizan la interacción entre la universidad y  las empresas inversoras.
Otro punto importante es la creación de equipos  multidisciplinarios. Por la estructura de nuestras universidades, nos  encontramos con que los alumnos de las distintas carreras sólo conocen a sus  pares de la misma disciplina.
Esta separación o "aislamiento" es un  problema a la hora de transferir conocimientos.
Por otro lado, la poca  valoración por parte de la sociedad hacia el emprendedor es, muchas veces, un  impedimento para lograr nuestro objetivo. Pese a los cambios registrados en los  últimos años, falta mucho para lograr que quien inicia una nueva empresa no sea  visto como un improvisado o como alguien que no consigue trabajo, sino como un  futuro empresario que se arriesga y da un valioso aporte a la  sociedad.
Las percepciones que los científicos tienen sobre los hombres  de negocios son, a veces, un obstáculo. En el ámbito científico se tiende a  simplificar la visión del empresario, como si no se tratase de un profesional  con conocimientos e intereses económicos, pero también de realización  personal.
En general, sólo se percibe su capacidad de aportar dinero y,  en algunos casos, la de "vender". No se tiene una idea acabada de qué son el  conocimiento empresarial y la experiencia y cómo pueden contribuir a la creación  de empresas.
En síntesis, nuestro país podrá ser reconocido por su  geografía, el fútbol o el tango, pero para que se distinga por la calidad de  vida de su población es imprescindible la transferencia de conocimientos desde  los ámbitos científico y universitario, seguida de la creación de empresas de  base científico-tecnológica.
Fuente: http://www.empleos.clarin.com/

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