miércoles, 15 de octubre de 2008

Especializarse, la clave después de recibirse

LOS CONSEJOS PROFESIONALES CUMPLEN UN ROL CENTRAL EN LA INSERCION DE LOS NUEVOS GRADUADOS. Contadores, psicólogos y arquitectos buscan encontrar segmentos del mercado aún insatisfechos.
Hubo una época en la que el contador gozaba de gran prestigio. Pero con el progreso de otras disciplinas vinculadas a las ciencias económicas, pasó a ser visto generalmente como un profesional que sólo se encarga de hacer que las cuentas cierren. Por eso, la recomendación para ellos es "abrir la cortina de hierro", dice Marcelo Biscione, uno de los responsables del servicio de orientación del Consejo Profesional de Ciencias Económicas.

¿Qué hay de nuevo, viejo? "Liquidadores de impuestos hay miles —opina Biscione— por eso hay que ofrecer algún valor agregado, como buscar un socio que incorpore otros conocimientos específicos que pide el mercado". Entre estos rubros figuran comercio exterior, capacitación, recursos humanos. En ese sentido, sugiere, lo que hoy busca el mercado es un contador que no sólo liquide "hacia atrás" sino que ayude a planificar mejor las finanzas y la organización de la empresa. "El contador se debe involucrar más en el negocio y no simplemente decir 'acá está la liquidación del IVA'. Y otra cosa importante es que si el cliente va creciendo, lo acompañe, y le ofrezca nuevos servicios". ¿Cómo conseguir los primeros clientes? Igual que en las otras profesiones: por redes de contactos. Con el agregado de que es importante que el contador ya haya trabajado antes en algún rubro —ya como contador, o como simple cadete— para así conocer las debilidades del sector y poder orientar mejor a los clientes. Esto es lo que hizo Orlando Costaguta, quien instaló su estudio en Mercedes, Corrientes. Oriundo de allí, cursó su carrera en Resistencia y trabajó en esa ciudad y en Buenos Aires, haciendo auditorías. Pero al tiempo se cansó de estar fuera de su ciudad natal y decidió volver y fundar su propio estudio. Para ello se focalizó en el rubro agropecuario, donde ya poseía contactos y conocimientos. Y no se limitó sólo a liquidar impuestos. "Somos un estudio integral, que trabaja desde un costado administrativo y otro de gestión", explica Virginia Gorodner, socia y esposa de Costaguta. "Somos cuatro contadores que nos especializamos cada uno en un área: impositiva, contable, balances y recursos humanos. Porque hoy no se puede ofrecer una sola cosa". Orlando tiene 39 años y Virginia 33: "Nuestro principal mérito es que como somos jóvenes, trabajamos mucho en equipo y con un enfoque interdisciplinario. Eso hace que no se nos escape nada y que el trabajo esté bien hecho y en forma transparente". Salud y pesetas Cuando concluye la carrera universitaria, el profesional debe saber que ésa no es la etapa final de los estudios. En muchas disciplinas es sólo el comienzo. Por ejemplo, a los médicos les resultará difícil conseguir empleo —y menos poner un consultorio— sin hacer "la residencia", una instancia de capacitación/trabajo donde se elige la especialidad. Los psicólogos también tienen la posibilidad de hacer una residencia, aunque las chances de entrar son mucho más bajas: sólo hay 30 cupos y 1.000 postulantes. Claro que a diferencia de los médicos, no es imprescindible hacerla para empezar a trabajar. Pero sí es necesario hacer una especialización. Esto se logra cursando algún posgrado, en que el profesional no sólo elegirá el área de trabajo sino también su orientación profesional (psicoanalítica, gestáltica, sistémica, etc). Entre los más prestigiosos centros para cursar los posgrados —donde también se pueden hacer prácticas clínicas— están el Centro Dos, la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL), la Escuela Freudiana de Buenos Aires, (todas ellas psiconalíticas), la Fundación Gregory Bateson (de orientación sistémica) y el Cecys (Cognitivo Conductual). En otras carreras no vinculadas a la salud, la capacitación viene en general por un posgrado o especialización, aunque no es necesario seguir estudiando para ejercer. En cambio, sí es imprescindible estar matriculado. Esto se ve en especial en abogados, contadores, escribanos o arquitectos. Sin embargo, para todos ellos —y tantas otras profesiones— es bueno formarse para administrar la oficina a instalar. Por ejemplo el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (Cpau) tiene un área denominada "Cpau Joven" donde se dan charlas de arquitectos experimentados. Algunas de ellas fueron "Mi Primera Obra" y "Cómo presentar proyectos", entre otras. También hay programas y becas para que los profesionales acrediten sus experiencias, y que luego éstas consten en certificados de calidad. El Consejo Profesional de Ciencias Económicas también tiene planes para los que empiezan. Hay una comisión de jóvenes profesionales y otra de Pymes. En ambas se organizan jornadas, charlas especiales y Congresos. Además hay un servicio de orientación profesional, mediante charlas personalizadas en que se escucha el caso puntual. Estos servicios son gratuitos para los matriculados. Por último se brindan talleres para profesionales independientes de modo que puedan conocer mejor qué está pidiendo el mercado, y lograr que su estudio sea más competitivo. La asociación civil Ariel Job Center, por último, dicta cursos de distintos tipos: evaluarse como emprendedor, estrategias de marketing y publicidad en Internet, comunicación organizacional, satisfacción al cliente, son algunas de las opciones. Sus costos oscilan entre los $ 65 y $140.

No hay comentarios: