lunes, 13 de octubre de 2008

Cambios que fracasan

Un proceso de cambio que no tome en cuenta los diferentes puntos de vista, creencias y valores, probablemente fracasará.

Eduardo Press
CONSULTOR ORGANIZACIONAL



En la actualidad, las empresas deben introducir cambios para mantener la competitividad y subsistir. Así, acuden a una reestructuración, a una reingeniería, se fusionan, adquieren a otra o son adquiridas, producen un cambio en todo su sistema informático, una profundización en la gestión de calidad o actualizan sus sistemas de comunicación electrónica. ¿Cómo es que muchas veces, luego de implementar alguno de estos cambios para resolver problemas, se agregaron nuevas dificultades? ¿Por qué los resultados esperados no se logran? Los cambios no se producen en forma armoniosa. Las organizaciones son sistemas complejos; los mismos procedimientos y estructuras que las hacen funcionar se resisten, a su vez, al cambio.

Los que llevan a la práctica los cambios son personas; personas que se reúnen, actúan juntas, comparten y ponen en juego el factor humano: sus percepciones, su cultura, su manera de pensar, sus creencias y sus valores. Los cambios provocan incertidumbre: cuanto más incierto es el futuro, más importantes son los valores de las personas como guía.


PUNTOS DE VISTA
Gerentes de áreas, departamentos o secciones enfocados en "su parte" de la empresa creen que son los que ven las cosas como "realmente son".

  • Jefes y supervisores ven en su área el corazón de la empresa; encargados y empleados creen que los demás son los responsables de que las cosas no salgan como corresponde. ¿Por qué?
  • Porque no se presta atención a la conexión entre las partes; porque se entienden los procesos de la empresa como una serie de instantáneas.
  • Cada individuo, cada organización y cada cultura tiene su propio modelo del mundo. Con alguno de ellos, uno se sentirá a gusto, mientras que otros parecerán extraños e incomprensibles, a pesar de que otros los adopten con gusto.
  • Creemos que actuamos sobre la misma realidad que el otro, que el otro posee las mismas referencias que nosotros y va a sacar las mismas conclusiones.
  • Los seres humanos contamos con la posibilidad única y cierta de tener nuestra visión. Aunque no es "toda la visión" o la "visión correcta", damos por sentado que el modo en que vemos las cosas corresponde a la realidad tal cual es.


    DECISIONES
    Tomar una decisión u otra es un escenario muy común.
  • Bajaron las ventas, ¿qué hacemos? ¿Cambiamos la fuerza de ventas, la ampliamos o la capacitamos? Hay demora en la entrega, ¿tomamos más gente para la producción, instruimos a los vendedores sobre las fechas de entrega o renegociamos con los clientes? No es buena la relación entre el gerente general y los otros gerentes, ¿cambiamos al gerente general, cambiamos a los otros gerentes o dejamos que todo siga igual?
  • Nuestro punto de vista nos lleva a suponer que las cosas "son" como nosotros las vemos y sobre ese supuesto tomamos una decisión.

    La creencia de que mi punto de vista es mejor que el del otro es una fuente inagotable de desacuerdos que están en la base de los conflictos que se viven en las empresas.
  • Son necesarias todas las perspectivas que se puedan conseguir. Algunos se resisten a esto porque tienen miedo de confundirse o simplemente porque si una visión es "correcta", las demás deben ser erróneas. Esta forma de pensar es una trampa.


    LOS SUPUESTOS
    No se puede encontrar una solución a un problema desde la misma óptica que lo sostiene.
  • Tener cada uno un punto de vista y manejarnos con supuestos hace que uno se sienta personal y fuertemente involucrado con "la" idea, "el" proyecto, "la" elección de una persona para un puesto, etc.
  • Muchos programas de cambio para empresas se desequilibran porque dejan a oscuras a las personas, dejan de lado el factor humano, las percepciones, la cultura, la manera de pensar, las creencias y los valores.
  • Las decisiones difíciles ponen de manifiesto un conflicto de valores. No se trata de que una opción sea buena y la otra mala, sino que representan distintos valores. Tomar una decisión que se corresponde con nuestros valores nos hace sentir bien. Y tomarla en contra de ellos nos hace sentir mal.
  • Tomar decisiones dentro de una organización que tiene una visión clara nos hace, asimismo, sentir bien y resulta mucho más fácil que hacerlo en otra que carece de ella. Si introducimos una gestión de cambio, las decisiones tomadas según los antiguos valores seguirán pareciendo bien, mientras que aquellas que estén basadas en los nuevos valores sentarán mal.
  • El problema es que muchos planes de cambio fracasan porque las mismas personas que se sienten cómodas con la situación actual son aquellas que deberán realizar los cambios.


  • Fuente: http://www.empleos.clarin.com/nota/

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